Colecho: ¿es seguro compartir cama con tu hijo?

En nuestro contexto sociocultural, todavía existe un tabú respecto al colecho a pesar de ser una práctica ampliamente extendida; es algo que los padres ocultan al pediatra, al maestro o a los amigos. Estamos bombardeados por mensajes que nos animan a compartir más y más tiempo con nuestros hijos, pero esos mensajes rozan la hipocresía cuando la noche queda vetada de ese tiempo que se comparte en familia. Comer, juntos. Jugar, juntos. Cocinar, juntos. Dormir, a su cuarto. Si tú no lo ves así, no te preocupes. No estás sola, no estás solo: dormir con tu hijo es algo normal, durante la mayor parte de la historia de la humanidad ha sido el modo habitual de dormir para padres e hijos, un modo que lleva milenios facilitando el cuidado físico y emocional de los más pequeños de la familia.

Colecho es el término por el que se conoce la práctica mediante la cual bebés o niños pequeños duermen cerca de uno o ambos progenitores (en la misma cama o cuna de colecho), como opuesto a la práctica de dormir en habitaciones separadas. Aunque actualmente es una práctica estadísticamente poco frecuente en la sociedad occidental, a nivel global es la opción mayoritaria para dormir a los niños excepto en Europa, América del Norte y Australia. Una investigación de Ball, Hooker y Kelly (1999) (Citada por Burnham & Gaylor, 2011encontró que aunque tan sólo el 9% de los niños iniciaban la noche en la cama de sus padres, el 70% de ellos despertaba en ella.

Con relativa frecuencia recibo mensajes muy similares al siguiente:

”Tengo un hijo de (12, 16, 18, 20 o 30 meses) y aún sigue durmiendo con nosotros, ¿puede ser malo?, ¿qué debemos hacer?”

Siempre los mensajes van en la misma línea: familias que durante mucho tiempo han estado durmiendo con sus hijos, pero llegada una determinada edad se cuestionan si ese hecho puede llegar a ser negativo para su hijo. Pero de momento no he recibido ningún mensaje de padres que compartan cama con su bebé de pocas semanas y estén preocupados por hacerlo de un modo más seguro. Y es precisamente en este último caso donde es necesario tomar algunas precauciones para poder hacerlo de un modo seguro para el bebé y satisfactorio para la familia. El problema es con los niños grandes, es (en algunos pocos casos) con los bebés pequeños.

Colecho, ¿hasta cuándo?

Esta es una pregunta que nunca nos hemos hecho como especie hasta hace tan sólo unos pocos años, y en nuestro contexto cultural. No hay un momento a partir del cual compartir cama con un hijo se convierta en algo peligroso a nivel físico o emocional, una pareja puede dormir con su/s hijo/s todo el tiempo que se deseen mientras que todas las personas implicadas estén de acuerdo y les resulte algo satisfactorio. En el momento actual no existen estudios que afirmen que dormir con el bebé sea la causa de ningún efecto negativo a largo plazo cuando la relación entre los implicados es saludable. De hecho, incluso se han encontrado efectos positivos como una mayor aceptación de las muestras de afecto, mayor confianza en la propia identidad sexual, actitud más positiva hacia la vida o mayor independencia y autoestima.

Colecho con bebés pequeños

La AAP no recomendaba compartir cama con bebés menores de cuatro meses porque, según algunos estudios, se ha podido ver asociado con un incremento del Síndrome de Muerte Súbita del Lactante (SMSL). Durante años ha sido muy criticada esta postura por varios motivos, especialmente dos: primero, argumentando que el colecho en sí no es peligroso, sino que puede serlo la manera en la que se practica. Segundo, por seguir estas recomendaciones y evitar a toda costa compartir cama con el bebé, han sido muchos los padres que se han quedado dormidos en sofás o sillones y se han despertado con su hijo muerto, ya que sofás o sillones suponen un riesgo extraordinario para el SMSL. Teniendo esto en cuenta, la AAP ha actualizado sus recomendaciones hace pocas semanas. Reconoce que ”la evidencia sugiere que es menos peligroso quedarse dormido con el bebé en la cama de los adultos que en un sofá o sillón y se hace eco de algunas indicaciones que ya se venían dando hace años para poder adecuar del mejor modo posible la cama de los adultos a la presencia del bebé. Si respetamos los casos en los que no se puede compartir cama y seguimos las recomendaciones para hacerlo de manera adecuada, el peligro prácticamente desaparece.

Cuándo no hay que compartir nunca cama con un bebé…

Si se da alguna de estas circunstancias está absolutamente contraindicado compartir cama con un bebé, éste debería dormir en la misma habitación de los padres, y siempre tumbado boca arriba:

  • Si alguno de los padres es fumador, o la madre fumó durante el embarazo.
  • Si alguno de los padres ha tomado alcohol o alguna medicación que produzca somnolencia o está especialmente cansado o somnoliento.
  • Nunca compartir cama con el bebé y otro niño mayor o mascotas.
  • Si alguno de los padres tiene obesidad y no hay lactancia materna.

¿Cómo practicar de forma segura el colecho?

Ahora que ya sabemos cuándo no compartir cama con un bebé, ¿cuáles serían las principales recomendaciones para hacerlo cama de manera segura?

  • Nunca quedarse dormido en un sillón, sofá o mecedora con el bebé en brazos. Si aparece somnolencia y no se cumple ninguna de las contraindicaciones previas, trasladarse a la cama.
  • El bebé, siempre debe estar boca arriba. Después de cada vez que haya tomado el pecho, hay que devolverlo a esta posición. Recordemos que estar boca arriba es el mayor factor de protección frente al SMSL.
  • El colchón en el que se descanse debe ser suficientemente firme para que no se deforme ante el peso de los adultos, las sábanas deben estar bien ajustadas, y no tener en la cama almohadas, mantas o peluches que puedan obstruir la cara del pequeño.
  • Entorno bien ventilado y libre de humo.
  • Evitar el calor, ya que incrementa el riesgo de SMSL.
  • Lo ideal sería separar la cama de las paredes y el mobiliario, y que la cama sea lo más baja posible (o dormir sobre el colchón y somier en el suelo). El mayor riesgo para el bebé no es el aplastamiento, sino quedar atrapado entre el colchón y la pared o un mueble.

En conclusión

El colecho, compartir cama con tu bebé o niño, no es nada tan complicado o especial como a veces se ve; es algo que se ha venido haciendo durante la mayor parte de la historia de la humanidad hasta hace bien poco, cuando se pensó (en ausencia de cualquier tipo de evidencia hasta la actualidad) que los niños serían más independientes por dormir lo antes posible en sus habitaciones. No obstante, si tu bebé es pequeño y quieres compartir tu cama con él, debes respetar ciertas recomendaciones para hacerlo de un modo seguro, y sólo si se dan algunas condiciones particulares como las que he descrito, sería mejor que evitaras compartir cama de momento.

Si quieres ampliar información, te recomiendo el libro «Dormir con tu bebé» de James J. McKenna, uno de los investigadores que más ha publicado sobre este tema.

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Licencia Creative Commons Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.

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