Cómo ser una persona agradable | Vídeo

Hay ciertas personas con las que nos encanta pasar el tiempo, son esas personas con las que cada vez que coincidimos el tiempo pasa volando, nos sentimos muy a gusto, nos hacen sentir confiados y relajados. Pero luego hay otras personas con las que sucede todo lo contrario: hay mucha fricción, son personas con las que parece que el tiempo no pase y quizá hasta evitamos tener que verlas o coincidir con ellas. ¿De qué depende que una persona sea agradable o no? Hay muchas variables que influyen, pero en la píldora de esta semana vamos a intentar analizar algunas de ellas para que nosotros podamos estar en ese primer grupo de personas con las que a los demás les gusta estar.

Hay muchos pequeños detalles que pueden contribuir mucho a que seamos percibidos como personas agradables por los demás.

  • Es muy importante respetar ciertos convencionalismos a la hora de saludar y despedirse, ya que ello hace que el resto de personas se sientan más a gusto.
  • Hablar menos y escuchar más: hay veces que estamos tan obsesionados con lo que queremos decir, que se nos olvida la parte más importante de una relación, escuchar. ¡Y eso no es nada agradable para los demás!
  • Hay que saber respetar los límites que marca la otra persona, tanto físicos como no físicos. No debemos ser invasivos si queremos ser agradables.
  • Es muy importante evitar los juicios: no sabemos qué ha llevado a la otra persona a pensar o actuar del modo en el que lo hace. Mejor observar y escuchar que juzgar.
  • «En ocasiones es mejor tener paz que llevar la razón» Por eso es importante a veces ceder en las relaciones.
  • Quienes sólo se fijan en lo negativo son muy poco agradables. Todos preferimos estar con alguien que también nos señala lo positivo.
  • ¿Eres de esos que critican a los demás a su espalda? Pues es otra de las cosas que te convierten en alguien poco agradable, porque quien tienes delante puede sospechar (y con razón) que quizá es el siguiente en ser criticado nada más te de la espalda.
  • Se optimista y positivo, pero manteniendo el realismo.
  • Esfuérzate por hacer cosas que ayuden a los demás.
  • empático, ponte en el lugar del otro.

Si incorporamos algunas de estas ideas a nuestra forma de relacionarnos, seguro que acabamos siendo mucho más agradables para la gente que nos rodea y, en consecuencia, seremos más felices.

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Licencia Creative Commons Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.

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