Entrevista en Radio 9: el síndrome postvacacional

Esta mañana me han entrevistado en Radio 9 durante el programa Bon Matí, para hablar del síndrome prevacacional y postvacacional.

Durante la entrevista, se han tratado muchos de aquellos puntos de los que ya hablé en mi último post sobre la prevención del síndrome postvacacional.

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Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.

 

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Prevenir el Síndrome Postvacacional

Nada más llegar el mes de Septiembre, los informativos se llenan de noticias sobre el síndrome postvacacional, depresión postvacacional, estrés postvacacional y muchos otros síndromes que terminan en «postvacacional». En este mes, al igual que los informativos, las consultas de psicología también se llenan con estos casos. Pero, ¿es inevitable sufrir el síndrome postvacacional? La respuesta es NO.

Habitualmente, cuando se habla del síndrome postvacacional se hace referencia a una serie de síntomas que se producen como consecuencia de la finalización de las vacaciones y la reincorporación a la rutina habitual: tristeza, ansiedad, dificultades para dormir, cansancio, irritabilidad, etc. Éste síndrome se produce como consecuencia de un cambio brusco de horarios, hábitos, actividades, alimentación, etc.  

El síndrome postvacacional puede prevenirse; no es necesario esperar a septiembre para ponerle solución. Desde el mismo momento en el que iniciamos las vacaciones, podemos seguir una serie de recomendaciones que, sin duda, nos ayudarán a evitar la aparición de éste síndrome:

1. Controlar nuestros pensamientos. Como ya vimos en otros posts, los pensamientos que tenemos son los grandes responsables de nuestras emociones. A lo largo de todo el año tendemos a idealizar las vacaciones, llegando a ver esas dos semanas de desconexión como la salvación a otras 52 semanas de sufrimiento y tensión. Ni las vacaciones son perfectas, ni el trabajo una carga insoportable.

2. Seguir unos horarios razonablemente estables. En vacaciones hay que descansar, desconectar y disfrutar, pero todo en su justa medida. No es necesario estar sujetos a una planificación diaria tan estricta como a lo largo de todo el año, pero no es recomendable en absoluto vivir en una anarquía horaria. Dentro de lo posible, es recomendable que los horarios de sueño y de las comidas se mantengan estables a lo largo de todos los días.

3. Iniciar actividades que luego podamos mantener. A la vuelta de vacaciones, hay un cambio anímico muy importante porque dejamos de hacer de golpe gran cantidad de actividades reconfortantes que hemos iniciado durante el periodo vacacional; para prevenir esto, es importante planificar de antemano alguna actividad que iniciemos durante el verano y que seamos capaces de mantener una vez volvamos al trabajo. Por ejemplo, seguir dedicándole un tiempo fijo al día a la lectura, a pasear, a hacer ejercicio, etc.

4. Durante la semana anterior a la vuelta al trabajo, ir ajustando progresivamente los horarios de sueño hasta que coincidan con los habituales un par de días antes de la reincorporación. No es sano, y produce mucho malestar, pasar de dormir 12 horas a dormir 6 de la noche a la mañana. Ese cambio tan brusco (no es bueno ninguno de los dos extremos) puede minimizarse y, si lo hacemos, podremos reincorporarnos de con un estado físico y mental mucho más saludable.

5. Algunos días antes de volver al trabajo, es recomendable acercarnos por el centro laborar a saludar a los compañeros que han estado trabajando durante ese periodo de tiempo, ver cómo ha funcionado la empresa, y poder hacer una previsión del panorama que nos encontraremos a nuestra llegada.

6. Ser realistas. Debemos enfrentarnos a la vuelta de vacaciones de forma racional; no podemos recuperar en dos días el trabajo acumulado durante todas las vacaciones. Pensar lo contrario es ponernos unas metas excesivas que no hacen si no contribuir a incrementar la presión y la ansiedad a la vuelta.

Si seguimos estas recomendaciones desde el inicio de las vacaciones, seguro que nuestra vuelta al trabajo será sólo lo incómoda que debe ser, porque, al fin y al cabo, ¿a quién le gusta acabar las vacaciones?

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