La esperanza es lo último que se pierde: el mito de Pandora

A ver, vosotros, ¿os consideráis optimistas?, ¿sois de los que veis el vaso medio lleno, o más bien medio vacio? Vale que verlo de una manera u otra puede depender, en parte, de las circunstancias, pero no me negaréis que también cada uno tiene una tendencia u otra, ¿no? En cualquier caso, incluso cuando las cosas pintan muy feas, solemos decir que “la esperanza es lo último que se pierde”. Pues bien, hoy vamos a hablar del origen de esta expresión y de la importancia de no perder la esperanza en los momentos más complicados. ¡Vamos a verlo!

¿De dónde viene esa expresión de que “la esperanza es lo último que se pierde”? Seguro que a muchos os suena esta otra expresión también muy famosa, la de “abrir la caja de Pandora”, y quizá habéis oído alguna vez el mito de Pandora. Vamos a recordarlo para quienes no lo conozcáis. Pandora fue según la mitología griega la primera mujer que fue modelada en barro. Zeus

Zeus restaba muy cabreado con Prometeo, porque se hizo amigo de los hombres y les quiso ayudar dándoles el fuego, algo que Zeus les había prohibido. Fue tal el cabreo de Zeus que ordenó modelar en barro a Pandora y se la mandó a los hombres. Pandora era una doncella encantadora, sensual, tenía todos los dones, peeeero Zeus sembró en su ánimo las mentiras y un carácter inconstante… 

A partir de aquí hay distintas versiones; en algunas, simplemente es Pandora la que trae todos los males y desgracias al mundo, en el que hasta ese momento los hombres vivían tan tranquilos y felices, libres de fatigas y enfermedades. Quéeee raaaaro… una mujer origen de todos los males… esto nos suena de algo, verdad?

Pero en otras versiones ya aparece la caja, la famosa caja de Pandora, aunque su contenido también cambia según la versión. La más conocida dice que los dioses le regalaron esta caja o tinaja a Pandora, con las instrucciones de no abrirla bajo ningún concepto. Total, que pasó lo que tenía que pasar: como Pandora era muy curiosa (que parece que esto en una mujer es algo malo, según el mito), pues claro, la curiosidad le pudo, y la abrió “solo un momento para echar un ojo”. Pero nada, eso ya fue suficiente para liarla parda. Ella solo quería saber lo que había allí, pero al abrirla se escaparon todos los males y desgracias de la humanidad: la enfermedad, la fatiga, la locura, el vicio, la pasión, la tristeza, el crimen y la vejez.

Cuando Pandora se dió cuenta de la que había liado, la cerró corriendo, pero nada, el lío ya estaba montado y lo único que quedó allí fue la esperanza, que es lo único que les quedó a los hombres para soportar tantas catástrofes y desdichas. 

En otras versiones del mito la caja estaba llena de virtudes, que se escapaban volando y la única que quedaba antes de cerrar, era la esperanza… esto puede parecer que tiene más sentido, porque sí no, a santo de qué estaba ahí la esperanza mezclada “con todos los males”. Pero hay quien le ve la lógica; algunos argumentan que en realidad la esperanza era otro mal, porque la esperanza denota carencia y pasividad… Total, que hay versiones para todos los gustos. El caso es que aquí la culpable parece Pandora, cuando en realidad el que había robado el fuego para dárselo a los hombres fue Prometeo, y el de la mala leche y vengativo era Zeus, pero mira, al final la mala ella… 

En cualquier caso, parece que de aquí viene la expresión de que “la esperanza es lo último que se pierde” Yo soy más de los que piensa que la esperanza es una algo bueno y no “un mal”. De hecho, si entendemos las esperanza como la capacidad de no dejarse llevar por el derrotismo ante los contratiempos y dificultades, se ha visto que las personas esperanzadas experimentan menos ansiedad, menos depresión y en general menos tensiones emocionales. Como contratiempos y dificultades nos vamos a encontrar todos muchas veces, más nos vale no perder nunca la esperanza, porque cuando la perdemos se vuelve todo mucho más complicado. Y para mantener la esperanza tendremos que ser optimistas, pero bueno, sobre el optimismo y el pesimismo hablaremos en otro vídeo porque este ya es muy largo…

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Licencia Creative Commons Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.
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