Diferencias estructurales en el cerebro con dislexia

Las dificultades que sufren los niños con dislexia a la hora de leer, escribir o deletrear podrían estar relacionadas con diferencias estructurales existentes en una importante vía de información que hay en el cerebro y que juega un importante rol en el lenguaje oral, según han descubierto investigadores de la Universidad Vanderbilt (Estados Unidos) en un estudio que se publicará el próximo junio en la revista especializada ‘Cortex’.

Los investigadores Sheryl Rimrodt y Laurie Cutting, de la Universidad Vanderbilt, en colaboración con la Universidad Johns Hopkins y el Instituto Kennedy Krieger, utilizaron una nueva técnica de resonancia magnética por imagen (MRI) denominada DTI— para buscar evidencias que vincularan la dislexia con diferencias estructurales en la materia blanca situada en el hemisferio izquierdo del cerebro, donde se aloja el lenguaje.

La materia blanca se compone de fibras que actúan como los cables que permiten la comunicación entre las células cerebrales. La red del lenguaje situada en el hemisferio izquierdo del cerebro está compuesta de manojos de estas fibras y ramificaciones que se extienden desde la parte de atrás del cerebro (donde se incluyen las células de la visión) hasta las partes frontales, responsables de la articulación y el habla.

Según Cutting, «cuando se está leyendo, básicamente se están diciendo en alto cosas que están en la cabeza». «Si una persona tiene algún problema en la materia blanca de este área, la parte frontal y la de atrás del cerebro no se comunican la una con la otra. Esto puede afectar a la lectura, porque se necesitan ambas zonas para actuar como una sóla unidad«, indicó.

Los autores del trabajo usaron la técnica de DTI para seguir el curso de un importante bolsa de materia blanca en esta red y descubrieron que recorría la región frontal del cerebro, conocida por estar peor organizada en el cerebro disléxico. También descubrieron que las fibras en esa parte frontal estaban orientadas de forma distinta en el disléxico.

Según Rimrodt, «es muy emocionante encontrar una convergencia entre las evidencias del MRI que va más allá de identificar una región del cerebro que difiere en la dislexia a vincularla a una estructura identificable y explorar sus características físicas«. «Esto nos permite estar algo más cerca de entender cómo se produce la dislexia», concluyó.

Noticia original | Europa Press

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Si no eres feliz…

Hace un tiempo encontré la siguiente imagen, que hoy me ha vuelto a venir a la cabeza trabajando con una paciente. La imagen consiste en un diagrama decisional que encierra la solución a gran parte de los problemas que llevan a las personas a acudir la consulta.

Los 15 segundos que tardas en leer el contenido de la imagen (está en inglés, pero más que comprensible) pueden resultar los 15 segundos más útiles que hayas tenido hace mucho tiempo:

felicidad

En muchas ocasiones, a pesar de identificar nuestra infelicidad, el origen de la misma e, incluso, la solución a la misma, nos sentimos incapaces de mover ficha, de lanzarnos a la acción. Nos sentimos anclados a viejas formas de comportamiento que han mostrado ampliamente su ineficiencia para hacernos sentir mejor. Nos empecinamos en seguir repitiendo una y otra vez los mismos patrones, pese a saber que no nos van a sacar del estado en el que nos encontramos.

No basta con identificar las causas del malestar; hay que hacer algo. ¿Qué? Para empezar, algo distinto a lo que vienes haciendo; eso ya sabes dónde te lleva, y no es donde te gustaría estar.

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Martin Seligman en TED

La semana pasada ya hablamos de psicología positiva, a raíz de una interesante entrevista a Martin Seligman. Pues bien, en esta ocasión voy a recomendaros una conferencia de Seligman que dio en 2004 dentro de los ciclos de charlas de TED.

La primera parte de la conferencia está más orientada al estado de psicología como disciplina, y el cambio de modelo que viene experimentando, desde una psicología más centrada en la investigación de los trastornos y la enfermedad, hacia una psicología más positiva, centrada en el estudio del bienestar.

En la segunda parte, se centra más en la psicología positiva y las claves del optimismo y la felicidad.

La charla es en inglés, pero podéis seleccionar subtítulos en varios idiomas. Espero que disfrutéis del vídeo:




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Optimismo, pesimismo y salud

Martin Seligman, psicólogo y director del departamento de psicología de la Universidad de Pensilvania, es conocido por sus investigaciones acerca de la indefensión aprendida y su relación con la depresión, así como por ser el padre de lo que se ha conocido como psicología positiva. En una entrevista realizada en 1999 afirmaba, en relación con el producto de sus investigaciones:

“Si eres pesimista, en el sentido de que cuando te ocurren cosas negativas piensas que van a durar para siempre y subestimas cada cosa que haces, entonces tienes una probabilidad hasta ocho veces mayor de sufrir depresión, es menos probable que tengas éxito en el trabajo, es más probable que tus relaciones afectivas no funcionen, y es más probable que tengas una vida más corta y con más enfermedades. Estas son las principales conclusiones de mis investigaciones”

Todo esto serían muy malas noticias si no fuera posible dejar de ser pesimista; de hecho, la mayor parte del trabajo de Seligman se centra en el optimismo aprendido, y una de las primeras cosas que debemos aprender es a reconocer los pensamientos catastróficos que nos decimos a nosotros mismos cuando las cosas no van tan bien como nos gustaría.

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Hay una delgada línea que separa el optimismo de las falsas esperanzas, pero en base a las consecuencias que tiene ser optimista o pesimista, todos haríamos bien en inclinar la balanza en favor del optimismo, especialmente ante situaciones de enfermedad. En un estudio longitudinal llevado a cabo con estudiantes de la universidad de Harvard, se vio que los optimistas tenían mejor salud a lo largo de sus vidas que los pesimistas. De igual modo, son muchas las investigaciones (por ejemplo, ésta de David et al, 2006) que muestran las diferencias en los niveles de estrés y malestar ante la enfermedad, especialmente el cáncer, en función del estilo de afrontamiento optimista o pesimista del paciente.

Céntrate en tus habilidades, éxitos y en todo aquello bueno que tiene la vida; incluso si nunca lo has hecho, es un buen momento para cambiar. Tenemos muchas cosas por las que ser optimistas, a pesar de todas las cosas negativas que suceden en el mundo o en nuestras vidas.
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Los perros y la mejora de la fluidez lectora

Recientes investigaciones han demostrado que leer a los perros puede mejorar la fluidez lectora de los niños hasta en un 30%. Estos hallazgos son el resultado de una investigación llevada a cabo por la Universidad de California.

Martin Smith, autor principal de la investigación, afirma que “los perros, al contrario que sucede con los humanos, no juzgan a las personas, lo cual parece ayudar a que los niños adquieran mayor confianza en sus habilidades lectoras”.

Smith y sus colegas exploraron los cambios en la habilidad lectora en niños escolarizados en escuelas y niños que seguían un programa de escolarización en casa. Encontraron que en aquellos escolarizados en casa, su fluidez lectora se incrementaba hasta en un 12%, y hasta en un 30% en los niños con una escolarización ordinaria. Igualmente, en ambos grupos mejoró también la velocidad lectora en hasta 30 palabras por minuto.



El diseño de la investigación implicaba que, durante un periodo determinado de tiempo (10 semanas), los niños de ambos grupos debían leer en voz alta a uno de los tres perros cedidos por un refugio animal para la investigación (Molly, Digory y Lollipop, para más detalles) durante 15 o 20 minutos al día.

Tras el estudio, el 75% de los padres afirmaba que sus hijos leían en voz alta con mayor fluidez y con mayor seguridad. Smith y sus colegas propusieron que ello era debido a que los niños percibían a los perros como pacientes y no enjuiciadores, lo cual disminuía la presión de éstos y, por consiguiente, su ansiedad ante la lectura.

Fuente | Medical News Today
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