9 Claves para alcanzar nuestras metas

Hemos hablado muchas veces de la importancia del establecimiento de metas y de aquellos hábitos que favorecen su consecución. En esta ocasión, vamos a centrarnos en algunas claves muy concretas que seguro nos ayudan a poder alcanzar nuestros objetivos.

1. Ser concretos y realistas. Un gran enemigo de las metas es fantasear en exceso; debemos tratar de centrar nuestros esfuerzos y energías en concretar los pasos necesarios para lograr nuestra meta, identificar obstáculos, etc. más que en fantasear acerca de su consecución.
2. Empieza por comprometerte. Uno de los motivos por los que no logramos nuestras metas es la falta de compromiso; sentimos que si nos comprometemos (incluso reconociendo públicamente nuestras metas) y no las logramos, nos sentiremos fracasados y con menos energías para intentarlo de nuevo. En realidad, sucede lo contrario: si no nos comprometemos, no estamos poniendo en marcha todos los recursos necesarios para lograr tales metas.
3. Visualiza el proceso, no el resultado. Visualizar el proceso de alcanzar nuestra meta nos ayuda a focalizar la atención en los pasos necesarios para lograrla, así como también nos ayuda a reducir la ansiedad.
4. Evita el efecto “de perdidos al río”. Este efecto es bien conocido por aquellos que tratan de seguir una dieta o dejar una adicción como el tabaco, el alcohol u otras drogas. En el momento en el que damos un paso en falso, pensamos: “de perdidos al río” y dejamos de esforzarnos por lograr nuestra meta. Las metas a corto plazo e inhibitorias (en las que queremos dejar de hacer algo) son más vulnerables a este efecto. Podemos evitarlo estableciendo nuestras metas a más largo plazo y de forma adquisitiva.

 

5. Evita la procrastinación. Cuando sentimos que la meta es dura de lograr y llegamos a plantearnos si realmente merece la pena, podemos caer en la procrastinación e incluso en el abandono total de nuestro objetivo. Auto imponernos una agenda con fechas límite y objetivos claros (metas a corto y medio plazo) nos ayudará a evitar este fenómeno.
6. Cambia el foco. Al valorar nuestro progreso, si la tarea que estamos realizando es compleja, es mejor mantenernos centrados en las tareas concretas; si la tarea es sencilla, entonces es mejor centrarnos en las metas finales.
7. Evita la conducta robot. En ocasiones llevamos a cabo ciertas conductas no porque en realidad las hayamos meditado, sino porque nos hemos acostumbrado a realizarlas o porque vemos que los demás hacen lo mismo. Este tipo de conductas pueden ser un obstáculo para lograr nuestras metas: pregúntate si lo que estás haciendo te acerca realmente a tus metas o no.
8. Aprende a parar. En ocasiones el problema no es comenzar, sino saber cuándo parar. Es algo que conocen bien aquellos que están escribiendo un libro, una tesis, grabando un disco, elaborando un informe, diseñando o escribiendo un programa informático, etc.
9. Establece estrategias del tipo “Si X, entonces Y”. Tales estrategias consisten simplemente en tratar de anticipar qué es lo que haremos en determinadas situaciones en función de lo que pueda ocurrir, más allá de la mera improvisación. Aunque es una estrategia sencilla, ofrece muchos beneficios frente a la simple improvisación.

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Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.

Fuente: PsyBlog

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