Respetar a las madres que dan biberón… ¿o vender leche de fórmula?

Hoy toca una píldora delicada… llevaba tiempo en la lista de pendientes, pero por una cosa u otra la íbamos retrasando, quizá porque sabemos que puede ser polémica, aunque no debería serlo. El caso es que nos ha pasado algo recientemente que nos ha dado el empujón que necesitábamos para grabar este vídeo… más adelante os lo cuento. Vamos a ver:

Ya hemos hablado otras veces de la importancia de respetar las decisiones de las madres, pero esta vez vamos detenernos en un tema delicado donde los haya… la lactancia natural o la lactancia artificial. Y digo que es un tema delicado porque, aunque a nivel de consejo sanitario está claro que lo que hay que recomendar y fomentar es la lactancia materna, esto nunca justifica el atacar o  faltar el respeto a las madres que por el motivo que sea deciden alimentar a sus hijos mediante fórmulas adaptadas. 

Sería absurdo, tan absurdo como atacar o dejar de respetar a las personas que no llevan una dieta súper saludable, los que son sedentarios, los que toman bebidas alcohólicas, o los que fuman. Porque, ¿cuántos de aquí nos libramos de caer en alguno de estos grupos?, ¿pocos, verdad? De hecho muchos caemos en varios de ellos. Bueno, pues igual que sería absurdo atacar a toda esta gente, que seríamos casi todos, por el mismo motivo nos parece poco acertado atacar a las madres que dan biberón a sus hijos. Entonces, resumiendo, lo que hay que recomendar siempre es la lactancia materna, pero independientemente de esto, lo que hay que hacer en todo caso es respetar a las madres que, por el motivo que sea, han decidido dar lactancia artificial. Hasta aquí supongo que estaremos todos de acuerdo…

De hecho, con esta misma idea en la cabeza empezamos el capítulo sobre lactancia materna de nuestro libro, tomando una cita de “Lactivista” de la Dra. Ibone Olza, en la que dice lo siguiente:

“son infinitas las razones por las que una madre puede decidir no amamantar, y cada una de ellas merece el máximo respeto. Lo que verdaderamente necesitan todos los recién nacidos, sin excepción, es sentirse queridos, no solo por sus madres sino por toda una familia o comunidad. Las madres siempre necesitan respeto, apoyo y reconocimiento». 

Hasta aquí todo correcto. No hay que culpabilizar a las madres que deciden por el motivo que sea, dar un biberón a sus hijos. Merecen respeto, apoyo… muy bien. Pero el caso es que tenemos unas tasas de lactancia materna bastante lamentables; la duración media de la lactancia materna en nuestro país es de tan solo 3 meses. Aunque antes de dar a luz la mayoría de las madres tienen la idea de darle el pecho a sus hijos, muchas salen ya desde el hospital con el biberón, y muchas otras que salen de allí con lactancia materna exclusiva, pronto se pasan a mixta y poco después dejan el pecho por completo. Lo cierto es que la mayoría de las lactancias acaban en nuestro país mucho antes de lo que madres y bebés desearían. Como hemos dicho, desde luego no hay que señalar ni acusar a las madres, pero sí que podemos buscar algunos responsables de este panorama tan penoso…

El caso es que si tenemos que mirar a algún sitio para encontrar los culpables de este panorama, sin duda el contexto que rodea a las madres explica muchos de estos indicadores. El contexto actual que tenemos es lo que se ha denominado cultura del biberón, que ha desplazado a la tradicional cultura de la lactancia; como señala el Dr. Paricio:

“más de una generación de mujeres no han amamantado a sus hijos, interrumpiéndose una transmisión de conocimientos intergeneracional y perdiéndose una cultura”.

En este contexto, tenemos unos permisos y ayudas a la maternidad que están a la cola de Europa (casualmente igual que nuestros índices de natalidad), una falta de conocimientos sobre lactancia que muchas veces resulta escandalosa por parte del personal sanitario que atiende a estas madres, y lo que es más importante y probablemente explique mucho de lo anterior… importantísimos intereses económicos por parte de la industria de alimentación infantil. 

Igual que sucede con otros problemas sanitarios como puede ser el consumo de alcohol, tabaco, bebidas azucaradas, o alimentos ultraprocesados, hay potentes grupos dispuestos a sacar tajada vendiendo leche artificial. Desde luego, si hay un culpable no son las madres, sino las personas que deciden invertir mucho dinero para llevar a las madres a tomar esta decisión. 

Os decía al principio que recientemente nos había pasado algo que nos ha llevado a grabar este vídeo, os cuento lo que ha pasado. Hace algunas semanas se puso en contacto conmigo una agencia de marketing que trabaja para una gran empresa de alimentación infantil. Querían que publicara un artículo y grabara un vídeo hablando sobre este tema, sobre las madres que dan biberón a sus hijos, para ayudarles a quitarse la culpa de encima. A lo largo de varios correos me halagaban diciéndome cosas bonitas, y me ofrecían lo que para mí es mucho dinero (aunque no sea nada para ellos). Me decían que tengo que empoderar a estas madres y que tenemos que concienciar a la sociedad, pero junto con esto, también me decían que no tenía que mencionar en ningún momento a la marca, a la campaña, ni a que se trataba de un contenido patrocinado… Qué raro, ¿verdad? Al decirles que no estaba de acuerdo con esas condiciones, finalmente me permitieron decir que su marca estaba detrás de mi video, pero pensamos que lo mejor era declinar la oferta, y así lo hicimos. Y ahora decidimos grabar el vídeo y escribir este artículo por nuestra cuenta, con el que nadie nos paga nada un duro, pero por suerte podemos decir lo que queramos… 

Es totalmente legítimo que quieras vender tu producto, faltaría más. Pero hay muchas formas de hacerlo, y si la forma que has pensado implica engañar, ocultar o mentir, quizá no es el mejor modo. Desde el año 1981 existe el Código Internacional de Comercialización de Sucedáneos de la Leche Materna, al que nuestro país está adherido y que de manera sistemática es incumplido por la industria. En el preámbulo de dicho código se afirma lo siguiente: 

“Las prácticas de alimentación inadecuadas son causa de malnutrición, morbilidad y mortalidad de los lactantes en todos los países y… las prácticas incorrectas de la comercialización de sucedáneos de la leche materna y productos afines pueden agravar esos importantes problemas de salud pública”

En este código, entre otros muchos, se incluyen los siguientes artículos:

Artículo 5.1 Los sucedáneos no pueden ser objeto de publicidad directa ni de ninguna otra forma de promoción destinada al público en general. 

Artículo 7.3 Los fabricantes no deben ofrecer, incentivos financieros o materiales a los agentes de salud o a sus familias, y éstos no deben aceptarlos. 

Pero la industria busca de manera sistemática fórmulas para poder saltarse este código, y muchas veces con la complicidad de los profesionales. Y yo por ahí no paso.

En fin, querían que desculpabilizara a las madres que dan biberón… por supuesto, ¡faltaría más! Ellas no tienen culpa de nada y, como he dicho, hay que respetar siempre su decisión. Si hay que culpabilizar a alguien es a una industria que manipula y que no tiene reparos en dar dinero a quien haga falta para influir en la opinión pública para tratar de equiparar una cosa con la otra. Cuando no son opciones equivalentes. Y si esto es lo que me ofrecían a mí, que no soy nadie, pensad el dinero que se mueve para cambiar nuestra opinión sin que nos demos cuenta…

[ACTUALIZACIÓN]

Desde la Plataforma por una Lactancia Informada me pasan esta información súper interesante, que matiza el tema del Código Internacional de Sucedáneos de Leche Materna; os lo dejo aquí. ¡Muchas gracias por la información!

«El Código Internacional de Sucedáneos de Leche Materna jurídicamente no es de obligado cumplimiento ya que simplemente es “un acuerdo” al que España se acogió, pero el Real Decreto 867/2008 sí que es de obligado cumplimiento puesto que está legislado y uno de nuestros objetivos, entre otros, es darlo a conocer y velar por su cumplimiento.

En tu vídeo has hecho referencia perfectamente a lo indicado en el CCSLM y consideramos importante ampliar esta información.

El artículo 9 del Real Decreto 867/200, recoge, entre otros, los siguientes puntos:

“La publicidad de los preparados para lactantes se limitará a las publicaciones especializadas en la asistencia infantil y a las publicaciones científicas.”

“Se prohíbe la publicidad en los lugares de venta, la distribución de muestras o el recurso a cualquier otro medio de propaganda, dirigido a fomentar las ventas de preparados para lactantes directamente al consumidor en los establecimientos minoristas, como exhibiciones especiales, cupones de descuento, primas, ventas especiales, ventas de promoción o ventas acopladas”.

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"Hijos y padres felices" (Ed. Kailas, 2017) es nuestro libro sobre crianza centrado en la etapa 0 a 3 años: apego, lactancia, alimentación, sueño y colecho, rabietas, límites, premios y castigos, movimiento libre, retirada del pañal… Aquí abordamos gran parte de lo que ocurre durante los primeros años de vida de los niños. 
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Licencia Creative Commons Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.
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