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Incrementar la actividad para mejorar el estado de ánimo

Un problema frecuente en aquellas personas que atraviesan episodios depresivos (no sólo depresión, sino estados de ánimo bajo) es el «círculo vicioso» que se crea entre el bajo estado de ánimo y la disminución de las actividades diarias. La persona que se encuentra en esta situación habitualmente baja de forma muy significativa su nivel de actividad como consecuencia de los síntomas de la depresión, y espera a que ésta remita para poder reanudar su nivel de funcionamiento previo. No obstante, este planteamiento no es del todo acertado y es imprescindible incrementar la actividad para mejorar el estado de ánimo.

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Como he comentado, la influencia que se da entre el bajo estado de ánimo y la inactividad es bidireccional: no sólo estar deprimido nos lleva a bajar nuestro nivel de actividad, sino que el mismo hecho de dejar de lado ciertas actividades hace que nuestro estado anímico disminuya.

Círculo vicioso entre disminución del estado de ánimo y disminución de la actividad

Círculo vicioso entre disminución del estado de ánimo y disminución de la actividad

Por lo tanto, es necesario incrementar nuestro nivel de actividad para poder mejorar nuestro estado de ánimo, pero el problema es que el bajo estado de ánimo hace que encontremos extremadamente difícil hacer cosas que antes no nos requerían apenas esfuerzo. Por ello, estas actividades que debemos realizar deben ser moderadas y ajustadas a nuestra capacidad. 

En este punto, muchas personas se ponen límites a la hora de incrementar sus actividades: «no sé qué puedo hacer», «no se me ocurre nada», «es que no me apetece hacer nada», «si tuviera dinero para hacer cosas las haría», etc. Pues bien, aquí va un listado con numerosas ideas con las que empezar a planificar ese incremento de actividad necesario para recuperar el bienestar. Son, en su mayoría, ideas que no requieren una gran preparación previa o desembolso de dinero:

  1. Dar un paseo por el campo, playa o montaña.
  2. Hacer deporte.
  3. Hacer algún trabajo artístico (pintar, esculpir, escribir, etc.)
  4. Leer.
  5. Redecorar o reordenar la casa / habitación.
  6. Hacer un picnic.
  7. Asistir a alguna conferencia, charla o seminario.
  8. Escuchar música.
  9. Ayudar a alguien en algún proyecto personal.
  10. Jugar a un juego de mesa, cartas, etc.
  11. Darse un largo baño.
  12. Hacer manualidades.
  13. Ofrecerse como voluntario de una protectora para pasear perros.
  14. Colaborar con alguna ONG.
  15. Hablar con algún viejo amigo con el que has perdido el contacto.
  16. Ir a reuniones de intercambio lingüístico.
  17. Planificar alguna actividad con amigos.
  18. Desprenderte de objetos inútiles o del pasado.
  19. Crear un pequeño jardín o cultivar plantas.
  20. Bailar.
  21. Tomar el sol.
  22. Preparar una sorpresa a alguien.
  23. Hacer / recibir un masaje.
  24. Dar un paseo por la ciudad haciendo fotos.
  25. Visitar museos o exposiciones.
  26. Completar alguna tarea pendiente.
  27. Cocinar algún plato nuevo.
  28. Practicar meditación o yoga.
  29. Tener invitados en casa.
  30. Ir a una biblioteca.
  31. Pasear en bicicleta.

La clave está en abandonar la cama o el sofá y de forma progresiva volver a tener un nivel de actividad con el que nos sintamos satisfechos. Lo ideal es poder planificar una actividad por la mañana y otra por la tarde que nos obliguen a salir de casa. Esto repercutirá de forma muy positiva en el estado de ánimo, lo cual hará que la recuperación llegue mucho más pronto.

Licencia Creative Commons Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.

Calculador de alcoholemia

Calcula tu nivel de alcoholemia

El Ayuntamiento de Gijón ha creado una web que pretende ayudar a calcular la alcoholemia en función de la cantidad de bebidas alcohólicas que una persona ha ingerido. Los resultados obtenidos son sólo aproximados, ya que lo que realmente indica el nivel real de alcoholemia es el resultado del test en aire expirado o en sangre. Además de esta página, ha creado aplicaciones específicas para Android e iPhone que cumplen con el mismo objetivo.

Calculador de alcoholemia

Para calcular tu nivel de alcoholemia, tan sólo tienes que indicar tu peso y tu género. A partir de ahí, introduces la cantidad de bebidas que has tomado y podrás ver cuál es tu nivel de alcoholemia, así como el tiempo que tu organismo necesita para eliminar esa cantidad de alcohol. Por lo general, los resultados suelen ser sorprendentes.

[box type=»warning» align=»aligncenter» ]Una mujer de 60 kilos de peso que tome dos copas de vino, tendrá un nivel de alcoholemia aproximado de 0,53 gramos de alcohol por litro de sangre, una cantidad que supera la permitida para la conducción. Esa mujer necesitaría dos horas y media para eliminar esa cantidad de alcohol de su cuerpo.[/box]

Es importante conocer el nivel de alcoholemia que nos produce la ingesta de las bebidas alcohólicas, ya que según la legislación vigente no se puede conducir con una alcoholemia superior a 0,5 gramos por litro de sangre, y si tienes el carnet hace menos de dos años o eres conductor profesional, el nivel máximo permitido es de 0,3 gr/l.

De cualquier forma, lo más saludable y seguro es no consumir bebidas alcohólicas, y en caso de hacerlo has de saber que se considera consumo de riesgo para la salud la ingesta de más de 3 unidades diarias para el hombre y más de 2 para la mujer; también supone un riesgo el consumo de más de tres unidades en pocas horas y el consumo intensivo durante el fin de semana.

Ya he hablado en otras ocasiones del riesgo que implica el consumo de alcohol, dado que habitualmente infravaloramos la importancia de su consumo.

 

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El peligro de las etiquetas: el efecto Pigmalión

El otro día me contaba una amiga que al hijo de unos amigos, de cuatro años de edad, la maestra le había diagnosticado hiperactividad. Es evidente que esto es un despropósito, por un lado, porque una maestra no tiene ninguna capacidad para emitir un diagnóstico clínico. Por otro lado, porque si nos atenemos a los criterios del DSM-IV (que es el libro que dice qué es un trastorno y cuáles son los criterios para tenerlo o no) no se puede diagnosticar TDAH en ninguna de sus formas a menores de 6 años de edad.

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El efecto Pigmalión

Pero quizá el mayor error que ha cometido esa maestra ha sido etiquetar de forma innecesaria a un niño. Puede parecer algo trivial, pero las implicaciones que tiene son muy importantes. Algo que todo maestro debería conocer es el llamado efecto Pigmalión.

El efecto pigmalión es un fenómeno que describe cómo la creencia que una persona tiene sobre otra puede influir en el rendimiento de esta otra persona. Esto supone, por tanto, algo importante de conocer y estudiar para los profesionales del ámbito educativo, laboral, social y familiar.

Cuando etiquetamos a un niño (o cualquier otra persona) las expectativas que tenemos acerca de su conducta influyen en la misma, es decir, le ofrecemos un trato diferenciado en función de nuestras expectativas. Una misma conducta puede ser interpretada de forma muy diferente en función de quién la ejerza, pongamos por ejemplo, interrumpir al profesor en clase: si lo hace un alumno «bueno» es su forma de mostrar interés por la materia; si lo hace el «hiperactivo» tan sólo está llamando la atención porque «no puede estarse quieto».

De este modo, a los alumnos que son considerados como más capacitados se les dan más y mayores estímulos, más tiempo para sus respuestas, etc. Estos alumnos, al ser tratados de un modo distinto, responden de manera diferente, confirmando así las expectativas de los profesores y proporcionando las respuestas acertadas con más frecuencia. Si esto se hace de una forma continuada a lo largo de varios meses, conseguirán mejores resultados escolares y mejores calificaciones en los exámenes. Por el contrario, aquellos alumnos etiquetados de un modo negativo, de forma progresiva irán disminuyendo su rendimiento y capacidad, hasta llegar al punto de confirmar las sospechas iniciales del profesor.

Por todo esto podemos comprender que esa maestra de la que hablaba al principio del artículo efectivamente ha cometido un gravísimo error, y no es tan sólo el efectuar un diagnóstico sin estar capacitada para ello: es etiquetar y encasillar a un niño de modo innecesario, el cual quizá deba enfrentarse durante mucho tiempo (o de por vida) a una imagen que han creado de él, la cual puede implicar menores opciones de futuro y oportunidades, por el empleo de una etiqueta innecesaria.

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