El mundo es muy complejo, contiene una enorme cantidad de información que debemos procesar y utilizar para poder ajustarnos a él; pero debido a esa complejidad, manejar en bruto toda la cantidad de información que nos manda resulta una tarea muy dura para nuestro cerebro.
Por ello, sin prácticamente darnos cuenta, el cerebro procesa y selecciona la información que percibe haciendo que sólo seamos conscientes de la más relevante, omitiendo toda aquella que no nos es útil. Esa selección o filtrado que hace el cerebro es lo que conocemos como realidad; no es difícil inferir, por tanto que habrán tantas realidades como cerebros percibiendo información.
No obstante, bajo ciertas circunstancias, tal selección o filtrado de información, no funciona de la manera más óptima posible, haciendo que la realidad que percibimos esté sesgada en exceso en un sentido concreto, por ejemplo, en los momentos en los que estamos con un ánimo más bajo, con más ansiedad o estrés, depresión, etc. y podemos llegar a percibir una realidad mucho más negativa de lo que en verdad es.
¿Cuáles son los filtros que aplica el cerebro?
- Pensamiento de todo o nada. Consisten en pensamientos extremos, en los que la balanza sólo puede estar arriba o abajo, blanco o negro. Dejan de existir los puntos intermedios. Cuando actuamos bajo este filtro, vemos las cosas como si fueran totalmente buenas o malas, lo mejor o lo peor, éxitos o fracasos. No obstante, en realidad, son muy pocas (si existen) las situaciones en la vida que sean 100% positivas o negativas.
- Filtro negativo. Ante la ingente cantidad de información frente a la que nos encontramos, seleccionamos únicamente la información negativa, que será la única que veamos y recordemos, ignorando los elementos positivos o aquellos negativos que no han sucedido.
- Pesimismo. Creer que es más probable que sucedan cosas negativas y que las cosas positivas nunca (o casi nunca) sucederán. En estas circustancias, probablemente estemos ignorando las cosas positivas, no dándoles la misma oportunidad que a las negativas.
- Maximizar y minimizar. Exageramos (maximizamos) los problemas y el daño que puede resultar de ellos, menospreciando (minimizando) nuestra capacidad para hacerles frente. Vemos una pequeña cuesta como una gran montaña.
- Generalización excesiva. Cuando aplicamos este filtro, pensamos que un solo evento o característica negativa significa que todo va a salir mal; por ejemplo, tras una ruptura sentimental podemos pensar que nunca nadie nos podrá querer; si fallamos en hacer algo concreto, pensamos que somos incapaces de hacer nada bien.
- No reconocer los esfuerzos. Tendemos a pensar que las cosas positivas ocurren por azar, y que sólo somos responsables de nuestros fracasos.
- Adivinación del pensamiento. En ocasiones llegamos a creer que tenemos la capacidad para leer la mente de los demás: «Seguro que piensa que soy un…», «… en el fondo piensa que mi trabajo es un desastre aunque demuestre lo contrario». Habitualmente, incurrimos en este error sólo cuando creemos que los demás piensan algo negativo sobre nosotros, no a la inversa… No obstante, hasta el momento, no existe una sola persona que haya demostrado su capacidad para leer la mente de los demás; ¡tú tampoco!
- Adivinación del futuro. Al igual que el punto anterior, en ocasiones nos creemos con la capacidad de adivinar qué es lo que va a suceder en el futuro, y habitualmente cuando lo hacemos, sólo vemos problemas, desastres y fracasos. Pero, en verdad, ¿podemos predecir el futuro?
Si aprendemos a identificar los filtros que aplicamos, entonces seremos más capaces de modificarlos y comenzar a ver la realidad de nuevo en un modo más adaptativo.
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Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.
[…] hemos estado viendo, nuestros pensamientos pueden ser nuestros aliados, o pueden jugar en nuestra contra haciéndonos más complicado […]
[…] Tener pensamiento científico y conocimientos básicos de estadística. Saber qué es una media, una moda, en qué consiste el método científico, el doble ciego y por qué la homeopatía es una estafa. Este pensamiento científico está en la base de la identificación de los errores cognitivos. […]
Cristina :DEs que parece que hace mucho me1s como dice Tatty, sera que es como si te cmconieraoos de toda la vida…pues neda..QUE ENHORABUENA POR ESE Ad1ITO Y QUE SEGURO QUE SERAN MUCHOS, MUCHOS Mc1SUn abrazoAramat
[…] tenemos pensamientos negativos, es un hecho. No tenerlos sería como esperar nunca tener fiebre, no estar nunca resfriado o que no […]
[…] Ya os he contado en diversas ocasiones que la manera en la que nos hablamos a nosotros mismos acaba haciendo que nuestras emociones sean unas o que sean otras totalmente diferentes. Y es que lo que vivimos tiene una importancia relativa, que está muy matizada por la forma que tenemos de evaluar esa realidad. Esto cobra una importancia enorme cuando hablamos de nuestros objetivos vitales. Puedes estar poniendo copas, fregando platos, tratando pacientes o cuidando niños. Pero, ¿qué es lo que te mueve?, ¿cuál es tu objetivo?, ¿por qué haces eso? El sentido que le damos a nuestro día a día es clave para poder lograr el bienestar emocional. […]