Mitos sobre lactancia materna: ¡no te los creas!

Una duda frecuente cuando se espera un bebé suele ser si optar por lactancia materna o biberón. Es una decisión importante y complicada, porque tiene muchas implicaciones y mucha carga emocional. Pero para poder decidir, lo primero es tener información, y con respecto a la lactancia materna hay mucha información disponible, pero también hay muchos mitos… Así que hoy vamos a ver algunos de ellos.

Como decíamos, la lactancia materna esta está rodeada de muchos mitos que pueden influir en la decisión de optar por un tipo u otro de lactancia, o incluso de abandonar la lactancia materna cuando ya se había elegido. Vamos a algunos de ellos:

Mito #1: Hay que preparar los pezones para la lactancia: se escuchan todo tipo de remedios y maniobras para “preparar los pezones” para la lactancia: desde frotar o tirar de ellos, emplear sustancias varias… pero nada de esto es necesario. El cuerpo de la madre ya se prepara él solo durante el embarazo para que llegado el momento todo esté a punto. Sin embargo, aunque no haga falta preparar los pezones, sí que es interesante “preparar un poco la mente”. Así pues, si durante el embarazo podéis acercaros a algún grupo de apoyo a la lactancia, hacer algún curso o leer algún libro sobre el tema, puede ser una buena idea… Si estáis por Valencia, buscad los grupos de AMAMANTA y para el resto de España, podéis buscarlos en la página de la IHAN que os dejo en los enlaces.

Mito #2: El parto por cesárea impide a la subida de la leche: esta es una idea muy extendida, pero lo cierto es que la producción de leche no depende del tipo de parto, sino de la separación de la placenta del útero, lo que ocurre en todos los partos. Sin embargo, algunas circunstancias que suelen acompañar a las cesáreas, como la separación de mamá y bebé, la cesárea antes del inicio del trabajo de parto o determinadas patologías maternas, sí que pueden retrasar algunas horas la subida de la leche.

Mito #3: Leche de mala calidad: cuando hay un problema con la lactancia, como por ejemplo que el bebé no aumente suficientemente de peso, es frecuente echarle la culpa a la leche de la madre; pero en realidad este no suele ser el problema, salvo en casos de malnutrición extrema de la madre. Lo más normal es que se trate de un problema en la posición, el agarre o la producción de leche, y no en su composición. Y estos problemas tienen solución; con un asesoramiento adecuado no debería hacer falta recurrir a la leche de fórmula. Lo cierto es que no hay leches maternas buenas y malas, que la alimentación de la madre afecta poco a la composición de la leche y que la de vaca modificada no es mejor que la de la propia madre.

Mito #4: La lactancia materna es muy sacrificada para la madre: vale, sí, esto es en parte de verdad, pero ¡dar biberones también! ya que además de alimentar al bebé, hay que comprar la leche, prepararla, cargar siempre con los biberones a cuestas, lavarlos y esterilizarlos de vez en cuando, etc. Y mucho de este engorro es tanto de día como de noche. Y aunque es cierto que con los biberones los padres u otros familiares podemos echar una mano, muchas veces son las madres quienes se ocupan de estas funciones, con lo que al final bibe no supone “tanta liberación” como nos quieren contar, y sí un gran coste económico Por otra parte, con el bibe también se pierden beneficios prácticos de la teta como no tener que depender de toda esta cacharrería o el ahorro económico, por no mencionar la utilidad de la lactancia materna para calmar al bebé cuando llora, para dormirlo e incluso el poder dormir mientras ellos maman.

Mito #5: lactancia materna a múltiples: si os dicen, como a nosotros nos dijeron en su día, que al ser dos bebés tenéis que darles bibe, tened claro que esto no es así. La lactancia materna sigue el principio de la oferta y la demanda, y la producción de leche de la madre se adapta a las necesidades de los bebés. Eso sí, si antes decíamos que la lactancia materna exige mucho tiempo y dedicación, ya os podéis imaginar que darle teta a dos bebés a la vez no es una tarea sencilla, especialmente cuando hay algún problema añadido como puede ser en el caso de bebés prematuros, parto por cesárea o alguna otra complicación… pero bueno, que en principio poderse, se puede!

Mito #6: Con la LM no puedes tomar medicamentos: este es un mito que es importante desmentir, casi todas las mujeres necesitan tomar medicamentos o productos de fitoterapia durante la lactancia, y muchas veces se deja de dar el pecho por este motivo, cuando no sería necesario. La mayoría de medicamentos son compatibles con la lactancia, pero en caso de duda, lo más recomendable es consultar la web e-lactancia.org de la Asociación para la Promoción e Investigación de la Lactancia Materna (APILAM), una web muy fiable en la que se puede consultar la compatibilidad de la lactancia materna con más de 35.000 términos incluyendo medicamentos, fitoterapia, homeopatía y otros productos alternativos, procedimientos médicos y cosméticos, contaminantes, enfermedades maternas y del lactante. 

Mito #7: Con mastitis no se puede dar teta: mucha gente piensa que con mastitis no se puede dar teta… ¡pero no! Y no solo se puede, sino que se debe, ya que si hay mastitis, lo que se necesita es vaciar el pecho y no hay mejor extractor de leche que el propio bebé. Si lo estás pasando fatal y quieres destetarlo, es mejor hacerlo después de que se haya resuelto la mastitis, que siguiendo las pautas adecuadas, puede durar algunos días. Si lo que preocupa no es tanto el dolor (que suelen doler bastante) sino la posibilidad de contagiarle una infección al bebé, esto no sería un problema. La leche sigue siendo buena. Quizá cambia un poco el sabor y puede que el bebé la rechace, aunque esto no es muy habitual. Si esto pasa, si el bebé no quiere tomar de esa teta, habrá que vaciar el pecho con un extractor o manualmente.

Mito #8 La LM produce caries. Este es un mito muy extendido, además el problema es que es un mito extendido entre los dentistas. ¡Pero es que resulta que no! Ya en el año 2015 Comité de Lactancia Materna de la Asociación Española de Pediatría advertía de que esta relación no está probada y que de hecho la lactancia materna favorece la salud bucodental de los niños. En este trabajo, el comité señalaba que no existe evidencia científica que demuestre esta relación entre lactancia materna y caries, y tampoco encontraron ningún trabajo que evidencie que el destete precoz disminuya el riesgo de caries. Por el contrario, la ausencia de lactancia materna aumenta los riesgos sobre la salud bucodental a diferentes niveles, entre otros, maloclusiones, más uso del chupete o de chuparse el dedo. El comité concluye que todos los profesionales sanitarios, incluidos los odontólogos tienen la responsabilidad de proteger y promover la lactancia materna y de ofrecer mensajes correctos basados en la evidencia científica, y no en opiniones personales o en prejuicios en contra de la lactancia materna mal llamada prolongada.

Mito #9: A partir de los 6 meses eso ya es agua: esto es curioso, ¿no? ¿Os imagináis que llega un día en que la leche se convierte en agua!? Sería raro, ¿no? Sin embargo, como entenderéis, esto no tiene ningún sentido. Sí que es cierto que la composición de la leche cambia conforme las niñas y niños van creciendo, porque se adapta a las necesidades nutricionales de la criatura. Pero lo que ocurre es más bien lo contrario. Como dice el famoso pediatra Carlos González, la leche materna no se convierte en agua, si acaso más bien sería en mantequilla, porque con el tiempo la leche materna tiene más grasa, no menos.

Mito #10: LM en el embarazo: la madres embarazadas que continúan con la lactancia suelen escuchar muchos comentarios sobre los peligros de dar teta embarazada. Que si ponen en riesgo el embarazo, que si tienen que destetar antes de que nazca el siguiente, que si el mayor va a dejar sin leche al pequeño… ¿Qué hay de cierto en todo esto? Bueno, pues parece que aunque algunas madres experimentan contracciones cuando amamantan, estas no suelen ser suficientes para provocar un parto, y de hecho, cuando se ha comparado la duración de embarazos con o sin lactancia materna no había diferencias. Así pues, si no si no lo prohíbe el ginecólogo, en principio el embarazo no sería motivo para destetar, si la madre no lo desea. Sin embargo, es cierto que en el embarazo se dan algunos cambios que acompañan en la dirección del destete, por lo que es frecuente que muchos peques se desteten en este momento, por iniciativa propia o de la madre.

 

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