Algunas personas se preguntan cuánto debería durar la lactancia materna. De hecho es algo que nos preguntan a veces, por lo general no las madres, sino otras personas del entorno que consideran que la lactancia materna ya está durando demasiado. Quizá sea el padre, la suegra, educadoras, profesoras o amigos de la familia que ven como los meses o los años van pasando y observan atónitos cómo ni la madre ni el hijo tienen ningún interés en dejar la teta… Entonces, ¿cuánto debería durar? Vamos a verlo.
Recomendaciones oficiales sobre la duración de la lactancia materna
Para responder a esta pregunta lo primero que podemos hacer es acudir a las recomendaciones oficiales:
La OMS y las principales sociedades científicas recomiendan lactancia materna exclusiva durante los primeros 6 meses. Hasta aquí parece que está claro. Cada vez tenemos más interiorizada esta primera parte de la recomendación. Bebé pelón, a la teta. Nos encaja. Bien. Pero cuando empiezan a salirles pelos, dientes, y se mueven más, gatean, caminan o corretean, parece que la cosa nos empieza a costar un poco más. Pero el caso es que la OMS no dice, como mucha gente piensa, que la lactancia tenga que durar 6 meses, lo que dice es que durante esos primeros 6 meses solo deberían tomar teta. Solo teta es eso, solo teta. Eso deja fuera a los cereales para que duerman mejor, a las galletitas para bebés o a mi primer Danone. TE-TA. Y ya.
La recomendación es que hasta los 6 meses solo lactancia materna y AL MENOS hasta los 2 años, seguir con la lactancia materna junto con otros alimentos. Repetid conmigo: al menos hasta los 6 meses. Y después de esto tanto como madre e hijo deseen. No dice nada de que a partir de los 6 meses la leche se convierta en agua, ni que deje de alimentar, ni que haya que cambiar tomas por alimentos sólidos. No dice nada de esto. Dice que al menos sería RECOMENDABLE, que no obligatorio, claro está, llegar hasta los dos años. Ok, seguimos.
“Al menos” no significa “como mucho”. De hecho ninguna sociedad científica se atreve a ponerle un techo a la lactancia. Ni la OMS, ni la Asociación Española de Pediatría (AEP), ni la American Academy of Pediatrics (AAP), ni la Australian Breastfeeding Asociation (ABA), ni la Canadian Pediatric Society (CPS), ni la American Association of Family Physicians (AAFP), ni la American Dietetic Association (ADA), ni la American Public Health Association (APHA), ni ninguna que nosotros sepamos. Sociedades científicas, ninguna. Profesionales sanitarios, muchos, como probablemente habrá experimentado cualquier madre que dé pecho más allá de los primeros meses…
Entonces, ya que hay consenso a nivel de recomendaciones oficiales en que no tenemos techo, podríamos preguntarnos ¿quién debería decidir cuánto debe durar la lactancia materna?
¿Quién debe poner punto final a la lactancia materna?
Lo lógico sería que algo que ocurre entre dos personas, como es la lactancia materna, debiera durar lo que estas dos personas decidieran, ¿no? Desde nuestro punto de vista, la lactancia debería durar lo que madre y bebé decidan (vale, bebé o niña o niño, que os veo venir). Pero el caso es que esto no suele ser así. Un porcentaje muy alto de madres quieren amamantar a sus hijos pero no lo consiguen. Algunas lactancias duran pocos días o semanas, cuando la intención de las madres era otra. Y muy probablemente los bebés también hubieran querido continuar tomando teta. Cuando esto ocurre, cuando la madre quiere dar teta y por el motivo que sea no lo consigue, esto suele generar un dolor muy grande que a veces se traduce en una tristeza que les acompaña durante mucho tiempo. A veces durante muchos años. Además, que la lactancia dure menos de lo que la madre desea, va en contra de su salud y de la del bebé. Porque la lactancia materna previene en la madre depresión, cáncer de mama, de ovario, de útero, osteoporosis, diabetes y enfermedades cardiovasculares; en los hijos preve ingresos hospitalarios, neumonía, diarreas, infecciones del oído, asma y obesidad, entre otras enfermedades. En realidad la lactancia materna debería ser un derecho de madres y bebés, pero nuestro sistema sanitario no está sabiendo proteger este derecho, porque demasiadas lactancias acaban en estos primeros días o semanas por los problemas iniciales, que son muy frecuentes, y para los que demasiadas veces la única solución que se ofrece a las madres desde hospitales y centros de salud es el biberón.
Una vez está establecida la lactancia, el siguiente gran obstáculo que encuentran las madres es la duración de las bajas maternas. Que está muy bien que a los padres nos den más derechos y nos dejen estar con nuestros peques unas semanas, pero ¿de verdad que esto era más urgente que permitir que las madres puedan estar con sus bebés AL MENOS los primeros 6 meses que les estamos diciendo que debería durar la lactancia materna exclusiva? Porque muchas madres, si no la mayoría, encuentran muy complicado mantener sus lactancias una vez vuelven al trabajo, porque es verdad, es complicado. No todo el mundo tiene un entorno favorable a la lactancia materna en el que tenga facilidades en cuanto a los horarios, para sacarse leche o para almacenarla. Los horarios, las prisas y las distancias a veces hacen complicado el poder seguir con el pecho, por lo que es frecuente que las madres comiencen a retirarlo semanas antes de volver, para poder tener una vuelta al trabajo menos caótica. Es comprensible.
Los meses van pasando y como es normal, en algún momento la madre se pondrá enferma o tendrá que acudir a alguna cita con médicos, dentistas u otros profesionales sanitarios. No es extraño que el profesional sanitario que le atienda le recomiende que por el motivo equis tiene que destetar. Sin ir más lejos, a mi mujer hace poco un ginecólogo le dio 4 motivos distintos… a ella no le convenció ninguno y continuó, pero muchas lactancias terminan por este motivo. Para este tipo de casos es muy útil consultar la página de e-lactancia en la que se puede consultar la compatibilidad de muchos fármacos, pruebas médicas o incluso tratamientos cosméticos, infusiones u otros procedimientos con la lactancia. Si os dicen que hay que destetar y no es algo que vosotras queráis hacer, lo primero es estar seguras de que esto es realmente necesario.
Obstáculos a la lactancia materna
El tiempo sigue pasando y son muchas las personas que se permiten opinar sobre vuestra lactancia. Al principio pueden ser familiares o amigos, pero conforme la criatura crece, la cosa se anima y se apuntan hasta las personas que no conoces de nada. Los comentarios pueden llegar en cualquier situación: desde la guarde, desde el cole, en la panadería, en la calle, en el supermercado, en el parque o en los medios de transporte… A veces una mirada, otras veces un comentario a la madre, o peor, le dicen directamente al niño… De verdad, no sé porque a nadie parece llamarle la atención un niño con un donut pero hay tanta gente que se sorprende tanto con la teta… en fin que estas cosas hay madres que lo llevan mejor y otras que lo llevan peor, por lo que no es extraño que al final la presión social acabe siendo efectiva y se decida poner punto final a la lactancia.
Así pues, aunque hay lactancias que se acaban porque la madre o el hijo lo decide, en realidad lo más habitual es que acaben por otros motivos: dolor al amamantar, falta de aumento de peso, mastitis, vuelta al trabajo, por prescripción médica o por presión social, entre otros motivos. Y es una pena. Es una pena que las lactancias no puedan durar lo que las mujeres, las niñas y los niños quieran… Si os interesa este tema os recomiendo mucho el artículo que ha escrito recientemente Diana Oliver para El País en el que analiza más en profundidad estos motivos, y también os recomendamos muchísimo el último libro de Alba Padró, y para acompañar a las madres os recomendamos que os acerquéis a los grupos de apoyo a la lactancia como los de amamanta, a los que íbamos nosotros, y para el resto de España podéis buscarlos en la página de la IHAN.