Teoría del amor de Stenberg: así puede mejorar tu relación

¿Qué hace falta para que una relación de pareja funcione?, ¿es suficiente con la atracción física?, ¿hacen falta rosas?, ¿diamantes?, ¿la contraseña del móvil? Pese a la importancia que las personas le damos a las relaciones de pareja, el estudio de los mecanismos que gobiernan estas relaciones no ha sido un tema especialmente estudiado tradicionalmente a nivel académico. Una de las teorías más interesantes sobre las relaciones de pareja es la Teoría Triangular del Amor de Stenberg. ¿Qué es lo que hace que las personas estén satisfechas con su relación de pareja?, ¿hay forma de predecir si la relación funcionará? ¡Vamos a verlo!

En el año 1986 Stenberg plantea un esbozo de teoría general sobre el amor, en un intento de abarcar tanto los aspectos estructurales como las dinámicas de las relaciones de pareja. Stenberg señala tres componentes fundamentales de las relaciones amorosas: la intimidad, la pasión y la decisión o compromiso, y siguiendo la metáfora del triángulo, cada uno de estos factores se situaría en un vértice del triángulo. El área del triángulo indicaría la cantidad de amor sentida por la persona y la forma geométrica expresaría el equilibrio entre los elementos. Así pues, las relaciones de pareja estarían definidas tanto por la intensidad como por el equilibrio de los elementos. Estos triángulos variarán en tamaño y forma, y estos dos aspectos definirán cuánto y cómo se siente una persona en relación a la otra. 

A partir de esta teoría Stenberg desarrolla una escala para evaluar las relaciones de pareja, en la que se analizan las respuestas de los dos miembros de la pareja en los tres factores, obteniéndose un triángulo para cada persona, un índice de amor y un estilo de relación de cada persona. Se han realizado muchas investigaciones con esta escala, pero hoy os voy a contar algunos resultados de un trabajo que publicaron en el año 1993 en Psicothema unos investigadores de la universidad De Santiago de Compostela.

En este trabajo evaluaron en 114 parejas la estimación de las semejanzas a nivel real, percibido e ideal, entre los triángulos de la pareja, y su influencia en la satisfacción de los miembros de la pareja. Y obtuvieron algunos resultados bastante interesantes, por ejemplo, cuando los resultados se compararon por sexo, se observó que:

  • Los niveles de I, P y C son similares en ambos sexos, solo se aprecian diferencias en la P que se desea en la pareja, siendo superior en las mujeres, en contra de lo que pueda pensarse…
  • Es curioso que la tendencia en ambos sexos es a atribuirse mayores niveles de Intimidad que a sus parejas. Además, los hombres se consideran más apasionados, aunque las mujeres no compartían esta percepción. Ambos sexos se consideraban con un compromiso similar al de sus parejas. 
  • En general, ambos sexos desearían más I, P y C en sus relaciones, excepto las mujeres, que no desean más compromiso para sí mismas. De compromiso ellas consideran que ya iban bien…
  • ¡Muy importante! Con el tiempo disminuye, o al menos se modifica en sus expresiones, la intimidad y la pasión, mientras que el compromiso se mantiene constante. Sin embargo, las mujeres no percibían esta disminución en la pasión. 
  • Los ideales de relación en los hombres no se modificaron con el tiempo, mientras que en el caso de las mujeres, van disminuyendo los niveles de intimidad y compromiso que desean sentir, pero desean más intimidad y pasión en sus parejas. 
  • Los niveles de los tres factores muestran una gran relación con los niveles de satisfacción en la relación.

Cuando estudiaron los resultados por parejas vieron que hay diferencias en los sentimientos y percepciones de las parejas. Por lo general, los miembros de la pareja no coinciden en el nivel ideal para cada componente, excepto en el de pasión, en el que parece haber más acuerdo. También se observa que el desarrollo de la intimidad se produce paralelamente en los dos miembros de la pareja. Es interesante que vieron que el tiempo no guarda relación con el incremento en las diferencias en la intimidad y compromiso que ambos sienten. Sin embargo, la relación ideal va puntualizádose y ambos van deseando cosas diferentes. Por ejemplo, la pasión que las mujeres desean para sus parejas es mayor de la que ellos desean para ellas. Tristemente, el tiempo covaría negativamente con la satisfacción, lo que probablemente se explica por el incremento en las diferencias a todos los niveles.

¿Y qué ocurrió cuando se analizaron los datos por componentes?

Para la intimidad se vio que es un componente muy valorado, tanto hombres como mujeres consideran que en una relación ideal sentirían niveles semejantes, y es el componente que más se relaciona con la satisfacción. Además, la reciprocidad en las percepciones facilita su desarrollo. Con el tiempo las conductas más explícitas de intimidad disminuyen de manera similar en los dos miembros de la pareja. Además, el ideal también se va distanciando: ambos demandan más intimidad del otro. Esta distancia entre el sentimiento y el ideal en la intimidad, es la que mantiene mayor relación negativa con la satifacción.

Respecto a la pasión se observa poca relación en los sentimientos apasionados de los dos miembros de la pareja. Con el tiempo disminuye la pasión en ambos. Los ideales no se modifican en los hombres, pero en las mujeres se incrementan y desean más pasión en los dos.

En cuanto al compromiso, como ocurría con la pasión, no existe gran relación en el compromiso que sienten los dos miembros de la pareja. Los ideales de compromiso no tienen gran conexión al principio de la realción, pero es que además, se distancian en el tiempo, llegando las mujeres a percibir que ambos están demasiado comprometidos. Por su parte, los varones no se sienten excesivamente comprometidos, pero reclaman más compromiso de ellas. Lógicamente, la consonancia entre el compromiso sentido y percibido correlaciona positivamente con la satisfacción en la relación. Además, las variaciones en este componente afectan en mayor medida a las mujeres que a los hombres. 

¿Y qué es lo que mejor predice la satisfacción en la relación? Según vieron, la intimidad es la variable que mejor predice la satisfacción en los varones, mientras en las mujeres lo fue el hecho de que no existieran diferencias entre ambos en la pasión.

En este trabajo constataron que los sentimientos ideales tienen una importante influencia sobre la satisfacción: en este sentido, conseguir una relación parecida a la ideal es tan importante para la satisfacción como sentir ambos un nivel de amor semejante. De hecho, ya en 1986 Stenberg señalaba la diferencia entre los triángulos reales e ideales de la pareja como un importante índice para predecir el desarrollo de la relación. Estas diferencias pueden deberse tanto al tamaño como a la forma de los triángulos. Además, la percepción de los sentimientos del otro está tan asociada a la satisfacción como los propios sentimientos, y las diferencias que se perciben afectan a la satisfacción de forma similar a las diferencias reales. De los datos de este trabajo se desprende que la idealización en la pareja no es un fenómeno tan extraño, ni se limita a los estadios iniciales de la relación.

Los autores del trabajo concluyen que sus datos apoyan la teoría triangular de Stenberh, apreciándose que la I, P y C son los tres elementos que mejor delimitan las relaciones amorosas una vez establecidas. Y que tal y como plantea esta teoría, la intimidad representa el valor máximo para los dos miembros de la pareja. El equilibrio en los niveles de compromiso es fundamental: es un elemento estabilizador que salvaguarda la relación en sus inevitables variaciones y sirve como base segura para el desarrollo de otros aspectos como la intimidad y la pasión.

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Licencia Creative Commons Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.
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