En el anterior post comentaba que la dieta más eficaz no es “hacer” dieta, sino “tener” una buena dieta; igualmente, señalaba que además de lo que comemos, es muy importante cómo comemos. En este post vamos a continuar viendo algunos consejos para poder comer más lento y poder reducir la cantidad de alimento que tomamos en cada ingesta.

Son muchos los beneficios de reducir la velocidad a la que comemos; esta velocidad está relacionada directamente con la cantidad de calorías que tomamos por ingesta; a más velocidad, más comemos y menos tiempo le damos a nuestro cerebro para que perciba las sensaciones de saciedad que le llegan desde el estómago. Veamos algunas recomendaciones para poder disminuir la velocidad de nuestra ingesta:
- Poner los cubiertos en la mesa entre bocado y bocado.
- Contar las masticaciones que se realizan en cada bocado.
- Prolongar la duración de la comida, interrumpiendo la misma y dedicándolos a conversar.
- Disminuir la cantidad de alimento por bocado, empleando cubiertos pequeños.
- Realizar la siguiente secuencia de conductas: introducir una pequeña cantidad de alimento en la boca, dejar los cubiertos en la mesa, masticar despacio y tragar el alimento antes de coger de nuevo los cubiertos para volver a comer.
Igualmente, para poder reducir la cantidad de alimentos que tomamos en cada comida, podemos seguir estas recomendaciones:
- Comer cuando se tiene hambre, no porque sea hora de comer.
- Comer con platos y cubiertos pequeños.
- No comer nunca dos cosas a la vez.
- Servir toda la comida en un plato y retirar las fuentes de la mesa.
- No comenzar el plato siguiente sin haber retirado las sobras del anterior.
- Aprender a terminar de comer dejando algo de comida en el plato.
- Esperar cinco minutos antes de repetir.
- Comer primero los alimentos preferidos, dejando los que no gustan para el final.
- Retrasar el acto de comer unos minutos a partir del momento en que se experimentan las sensaciones de hambre.
- Comer alimentos que requieren una mayor lentitud de ingesta (por ejemplo, alcachofas).
- Levantarse de la mesa en el momento en que se ha terminado de comer.
Si deseamos incorporar estos hábitos a nuestra rutina diaria, no debemos tratar de hacerlos todos al mismo tiempo; es mejor empezar por uno que consideremos más sencillo de alcanzar y dedicar todo nuestro esfuerzo a conseguirlo. En el momento en que pase a formar parte de nuestra conducta habitual y ya no requiera un esfuerzo consciente por llevarlo a cabo, podremos pasar a incorporar otro nuevo hábito en nuestra conducta alimentaria.
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Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.
De acuerdo en que debemos tener una buena dieta, comer más despacio y reducir un poco las cantidades. Pero…¿contar las masticaciones? Uf…parece horrible mezclar comida y cuentas. En cuanto a lo de dejar algo de comida en el plato, en mi opinión, no resulta considerado ni responsable (mejor servirse menos desde el principio).
Saludos.
[…] de la obesidad? Se parte de la base de que tan importante como lo que se come es cómo se come. La conducta alimentaria es mucho más que los alimentos que ingerimos. El objetivo que se marca al inicio del tratamiento no es que la persona haga dieta, sino enseñar […]
MUCHAS GRACIAS!! INCREIBLE TU AYUDA, BUENISIMA!! VOY A VER QUE HAGO.