El castigo físico es un tema que suscita muchas dudas a algunos padres, sobretodo respecto a cuándo es necesario aplicarlo y cuándo no. Como sois varios los que me lo habéis pedido, en esta nueva Píldora de Psicología os voy a hablar sobre cuándo es razonable aplicar el castigo físico para corregir la conducta de nuestros hijos, y de cómo hacerlo para que este castigo sea efectivo.
¿Pero de verdad esperabais oír otra cosa? 😉
El castigo físico es el nombre políticamente correcto que se da a lo que siempre se ha conocido, simplemente, como «pegar a los niños». Son muchos quienes aún piensan que dar un azote, una palmada o una nalgada a un niño no es pegar, o que es algo distinto a los malos tratos. Pero no es así.
El castigo físico es delito en España (art. 154 del Código Civil: “la patria potestad se ejercerá siempre en beneficio de los hijos, de acuerdo con su personalidad y con respeto a su integridad física y psicológica”) Hasta 2007 la ley amparaba en nuestro país a aquellos padres que castigaban físicamente a sus hijos y no fue hasta ese año, con una modificación del Código Civil, cuando esta práctica quedó fuera de la ley. Si tenéis curiosidad aquí podéis leer cómo se recogía la noticia en la prensa aquel año.
Pero además de ser delito, el castigo físico es un acto moralmente deplorable y de nulo valor educativo. Este último punto queda muy bien explicado en un reciente estudio publicado este mismo año en el que se analizaban a más de 160.000 niños. De manera rotunda concluyen que el castigo físico es perjudicial para la salud física y emocional de los niños, que sus efectos negativos se prolongan a largo plazo y que en última instancia hace que los niños hagan lo contrario a lo que pretenden sus padres.
Por lo tanto, concluyo como lo hago en el vídeo: ¿Cuándo aplicar el castigo físico a nuestros hijos? Nunca. Bajo ninguna circunstancia. En ninguna situación es razonable ni necesario aplicar ningún tipo de castigo físico. Llegar a este punto es un fracaso en nuestra tarea educativa.
Si os gustan estos vídeos os invito a que os suscribáis al canal de Píldoras de Psicología en YouTube para enteraros antes que nadie de cada nuevo vídeo, poder dejar comentarios, recomendaciones y compartirlo con vuestros contactos. Si tenéis alguna sugerencia acerca de temas que os gustaría que tratara en el videoblog, podéis escribirme a: pildoras@albertosoler.es/
Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.
1000% de acuerdo. Tengo tres hijos..decir que nunca he aplicado un coscorrón o pellizcón sería mentir (aún estos los he evitado conscientemente pero se me habrán escapado uno o dos en mi vida) …nunca una nalgada ni mucho menos cachetada….pero sin embargo estuvo mal, reconozco que partió más de mi frustración que de una intención de educar…en ese momento no existe nada mas…está uno bloqueado o sobrepasado por la situación.
Ahora ya están grandes y juro que son hasta ahora chicos responsables, cariñosos y seguros de sí mismos. Me parece que no me equivoqué a pesar de las advertencias cataclísmicas de algunos bienintencionados allegados…
Vengo de una familia que no aplica castigo físico (y eso desde mis abuelos) … Mi padre siempre decía que siendo él un hombrón de 1.85 m. le partía el alma de sólo pensar lo que alguien tan chiquitito podía sentir al ver que una mole lo agredía…¿nos hemos puesto en los zapatos de los pequeños alguna vez?… es muy difícil en culturas como la nuestra (soy de latinoamérica)…pero veo el cambio para bien aunque aún falta mucho ….
¡¡¡Hola, Alberto, pegar y mucho más cuando estamos con estres es terrible, porque ya no es por corregir sino es descargar nuestras emociones y ahí viene lo malo, dejamos huellas imborrables , que difícilmente sanan, en lo personal, me equivoque al corregir así, sería bueno que ampliaras este tema, y dieras algunos sugerencias de como corregir, en el diario vivir, gracias por tu atención y mucho éxito!!!
BRAVO Alberto, poco mas puedo añadir.
[…] Cuándo aplicar el castigo físico a nuestros hijos […]
Me ha encantado.
Me acerqué al vídeo bastante escéptica. Pero me dije, si le haces caso en otros asuntos, tendrás que escuchar lo que dice sobre esto y después valorarlo.
Coincido 100%
[…] ojo, todas estas consecuencias no se limitan, como podría parecer, al empleo de los castigos físicos, sino de cualquier tipo de castigo, como por ejemplo, la retirada de privilegios, el clásico […]