El mito de ser uno mismo | Vídeo

¿Cuántas veces habremos oído eso de que “ hay que ser uno mismo «? Pues ese es otro de los muchos mitos que existen en psicología. Al igual que no hay gente con mucha o poca personalidad (todos tenemos una personalidad, no es algo que se mida), tampoco existe ese » ser uno mismo «. Y lo que es peor, muchas veces de tanto esforzarnos por ser uno mismo acabamos por ser inflexibles y complicarnos mucho la vida.

Cuando somos niños no nos preocupamos mucho por esos temas de la identidad; cada uno es como es y punto. Pero llega la adolescencia y de repente cae como una losa la preocupación por la autenticidad, por la congruencia, la coherencia, el ser uno mismo. Aparecen las inseguridades, los miedos, y necesitamos crear una identidad que luego vamos a tratar de mantener a toda costa, porque nos ha costado un esfuerzo enorme crearla.

Pero pasan los años y seguimos con esa idea de ser genuinos, de “no ser falsos” de ser nosotros mismos en todas las situaciones. Y en el fondo, es un tremendo disparate. No existe ese “yo mismo”, sino que cada uno tenemos (o deberíamos tener) diferentes facetas que mostramos en cada situación de un modo flexible, adaptativo. Y es algo que con el tiempo puede y debe cambiar. Imagínate cómo te comportas en el trabajo; o con tu pareja; o con tus amigos del pueblo o de los estudios; cómo hablas con tus padres o con tu vecino. Probablemente en cada una de esas situaciones muestres una actitud diferente, porque te estás adaptando a las necesidades de cada momento. Sería muy poco adaptativo que te comportaras con tu jefe del mismo modo que lo haces con tus hijos mientras jugáis en el sofá. No es que no seas tú mismo con tu jefe, es que aprecias mucho tu trabajo. Si no, imagínate haciendo el dinosaurio en una reunión de trabajo. ¿A que no?

Hay momentos en los que es adecuado mostrarse de un modo más o menos formal, más o menos extrovertido, más o menos bromista o coloquial. E ignorar esas necesidades nos va a complicar mucho nuestras relaciones sociales. Si hay una única situación en la que eres tú mismo, esa es cuando estás en tu casa, tú sólo o con tu pareja, sin nadie más alrededor. Tratar de exportar eso al resto de situaciones es imposible.

Así que la próxima vez que te veas como un adolescente diciendo eso de “es que tienes que ser tú mismo”, es mejor que lo cambies por “trata de adaptarte lo mejor posible a esa situación”. ¡Te irá mucho mejor! 😉

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Licencia Creative Commons Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.

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