Hasta el otro día no me había parado a pensar sobre ello, pero un paciente que es gay me preguntó si había tenido muchos pacientes gay en la consulta. Me puse a pensarlo y no sólo es que haya tenido muchos, sino que en este momento son bastantes los pacientes no hetero que vienen a la consulta por diversos motivos.

Esa pregunta me llevó a recordar cómo hace tiempo una paciente gay me dijo que podría poner en la web un distintivo para señalar que soy un psicólogo gay-friendly. En un principio me pareció una buena idea, ya que hay algunos personajillos que intentan curar a los gays como si fueran enfermos (evidentemente los enfermos son ellos). Pero luego lo pensé y no me gustó tanto la idea, porque en sí misma implica una discriminación. Si pusiera que soy un psicólogo gay-friendly, no veo el motivo por el que no debería poner que soy:
- Mujeres friendly
- Hombres friendly
- Titulados friendly
- Sin estudios friendly
- De pueblo friendly
- «De capi» friendly
- Latino friendly
- Negro friendly
- Conservador friendly
- Progre friendly
- Vasco friendly
- Catalán friendly
- Murciano friendly
- Pijo friendly
- Tatuado friendly
- etc.
Evidentemente es un absurdo. Trabajo con personas, y cualquier distinción que haga al respecto sería una discriminación bochornosa para cualquiera de ellas. Por lo tanto, NO, no me considero un psicólogo gay-friendly.
Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.

Pues en mi humilde opinión, ganarías la confianza de muchos pacientes que no se atreven a dar el paso de abrirse. Obviamente no es común encontrarse con psicólogos hostiles a gente sin estudios, por citar uno de tus ejemplos, pero sí lo es el toparse con profesionales homófobos.
Hola Rasta, gracias por tu comentario. El objetivo de esta entrada es precisamente ese, denunciar que a día de hoy siguen existiendo profesionales que discriminan a otras personas por razón de su orientación sexual. Por suerte, considero que cada vez son menos, la sociedad poco a poco va evolucionando y podemos tratar con normalidad estos temas.
Un saludo! 🙂
No solo estoy de acuerdo, sino que creo que hay aun más motivos para respaldar tu decisión de no poner la etiqueta.
Para empezar, ponerla para diferenciarte de los profesionales que crees que trabajan mal es una decisión no solo basada en un estímulo negativo, sino además definirse por oposición, que no creo que sea algo que quieras hacer.
Para seguir, una etiqueta así podría situarte dentro del lobby para muchos. No es lo mismo meter a todo el mundo en el mismo saco independientemente de su orientación sexual, o incluso apoyar determinadas reivindicaciones, que meterte tú en el lobby: muchos homosexuales cogerían confianza, seguro, pero muchos (homosexuales y no) se crearían una serie de expectativas y muchos heterosexuales se disuadirían…
…sé que estoy pisando un campo de minas. Solo quiero decir que como persona que perteneció a un colectivo de gente que se enorgullece de estar excluída de la sociedad, y que aun tiene muchos amigos que cojean de ese pie, creo firmemente que es mejor ignorar las etiquetas hasta que se le caigan solas a la gente. Como las costras de las heridas.