Hoy os traigo un nuevo artículo que he escrito para la sección de Psicología de El País Semanal en el que hablo sobre felicidad y renuncias.
Vivir es decidir. Cada día son cientos las decisiones que tomamos. Desde que abrimos un ojo y apagamos el despertador comienza un proceso de toma de decisiones del que habitualmente no somos conscientes. Piénsalo. ¿Dónde estás ahora mismo?, ¿por qué estás ahí?, ¿por qué estás leyendo esto? Aunque sean muy rápidas y las tomes de manera casi (repito, casi) automática, todo esto han sido decisiones que has tomado. Pero cada decisión que tomamos tiene una cara b: las renuncias. Ahora mismo, leyendo estas líneas, estás renunciando a leer cualquier otra cosa excepto esto (lo cual me halaga, todo hay que decirlo). Pero este es un ejemplo muy sencillo, ya que las consecuencias que va a tener para ti leer esto o cualquier otra cosa probablemente sean muy limitadas.
Aquí os dejo con algunos extractos. El resto, lo podéis leer en El País.
Tendemos a asociar la conquista de ciertas aspiraciones con la felicidad: “Seré feliz cuando cambie de trabajo”, o “cuando consiga una pareja, o “si logro el divorcio”, o “cuando compre mi propia casa”. Aunque lo vivimos con naturalidad, cuando alcanzamos alguna de estas ansiadas metas, paradójicamente nos damos cuenta de que la felicidad no ha llegado. Sentimos satisfacción por el logro, sí, pero esta se desvanece con frustrante velocidad.
¿Y si hemos estado equivocados todo este tiempo? ¿Y si la felicidad no reside tanto en lograr ciertas aspiraciones como en sentir satisfacción por lo que ya hemos logrado? El sentirnos felices o desdichados está muy relacionado con la manera en que percibimos nuestra situación actual, esto es, con lo satisfechos que nos sintamos respecto a lo que poseemos en el momento presente. En una sociedad en la que predominan valores como la ambición, la generación de necesidades y un inconformismo patológico, esto es un objetivo muy difícil de lograr.
Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España. Imagen: Anna Parini para El País Semanal. Todos los derechos reservados.
Alberto. Todo lo que dices y escribes esta en sintonia con lo que creo y construyo en mi y en otros, que gusto me da encontrar tus articulos desde este lugar del mundo, Colombia, Saludos
Ana Lizeth
[…] Las prisas al final hacen que nos perdamos lo que tenemos alrededor. No disfrutamos del proceso ni del camino, sino que siempre estamos ansiando llegar, y cuanto antes, mejor. Acabamos creyendo que más rápido es mejor, y nos olvidamos del valor de aquello que no va acelerado: la lentitud, la minuciosidad, nos permite ser más cuidadosos en nuestro trabajo, mejorar nuestra salud, y darnos el contexto necesario para poder reflexionar. […]
[…] el fondo ser raro, ser diferente, implica tener pensamiento crítico. Cuestionar la vida, preguntarte constantemente qué es lo que verdaderamente quieres. No dar por sentado nada. Si esto lo trasladamos a la educación podemos entender que implica unos […]