Los niños lo tienen claro: no hay tareas de chicos o de chicas | Colaboración con Samsung.

Con frecuencia recibo propuestas de diversas empresas que me proponen colaborar con ellas en alguna campaña de marketing, pero son muy pocas las veces que he aceptado, porque si no es algo congruente con lo que defiendo, y mi forma de ver la psicología y la crianza, no tiene sentido.

Hace algunas semanas se puso en contacto conmigo Samsung para proponerme una colaboración: estaban diseñando una nueva campaña, y querían que participara. ¿Su idea? Que la corresponsabilidad y la coeducación fueran los ejes de esa campaña. ¿Cuál ha sido mi papel? Por un lado hemos elaborado los manuales del mejor uso, de los que os hablaré con más detalle en otro artículo. En estos manuales damos consejos para un mejor reparto de las tareas domésticas, de forma que sea equitativo.

Pero aquí no acaba la cosa; además hicimos un pequeño experimento, que grabamos y que podéis ver aquí:

Para este experimento reunimos a un grupo de niños, a quienes presentamos una serie de imágenes que ellos tenían que asociar con chicos o chicas. Efectivamente, vimos que ellos tenían muy claro qué era de chicos y qué era de chicas. Así que, en un momento dado, abrimos unas puertas y acompañé a los niños a una habitación donde había una cocina totalmente desordenada. Cuando la vieron les dije que ellos tenían que recoger la cocina, y que para eso los chicos tenían que hacer las tareas de chicos, y las chicas las de las chicas. ¿Y qué es lo que sucedió? Que no entendieron nada, se quedaron desconcertados, sin saber muy bien qué hacer. Y en ese momento, alguno dijo: “pero si no hay cosas de chicos ni de chicas” Parece que ya desde tan pequeños es algo que tienen muy claro, pero por desgracia poco a poco vamos perdiendo esa visión. Luego se pusieron todos juntos a colaborar, jugando y recogiendo al mismo tiempo, sin preocuparse si estaban haciendo cosas “de chicos” o “de chicas”.

No sería mala idea que los mayores hiciéramos como ellos, que tomáramos nota y dejáramos de atribuir género a unas tareas que son neutras. ¿De quién es la lavadora?, ¿y hacer la compra?, ¿y preparar la cena? Las tareas de casa no tienen género, y debemos repartirlas del modo más equitativo posible.

Os invito también a que descarguéis los manuales del mejor uso, en el que os doy algunos consejos para poder repartir de un modo equilibrado las tareas de casa, así como para implicar a los más pequeños.

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