Melasudina: aprende a que las cosas no te importen

Hay veces en las que la clave para tener una buena salud mental es que ciertas cosas no te afecten o te dejen de importar. Pero esto es algo que resulta mucho más fácil de decir que de llevar a cabo. ¿Qué podemos hacer para que ciertas cosas nos importen un poco menos? Hay que desarrollar lo que suelo llamar la “melasudina”. No hace falta que os explique de dónde viene el término, que creo que ya os lo imagináis. ¿Cuáles son las características de las personas con elevada melasudina? Vamos a verlo.

Como os decía, que para tener una buena salud mental (o, al menos, para no vivir constantemente en un ay) es necesario desarrollar cierta capacidad para que algunas cosas no te afecten, no te importen, o no te quiten el sueño. Hay personas que esto lo llevan de serie, podríamos decir que han nacido con la “melasudina” alta y no tienen que hacer grandes esfuerzos. Son personas felices, que dan peso a lo que tienen que dárselo, y no se angustian innecesariamente por cosas intrascendentes… Pero la mayoría de las personas quizá tenemos que desarrollar un poco esa melasudina como un ingrediente importante para una buena salud mental.

Nuestra capacidad para preocuparnos o angustiarnos es ilimitada, por lo que somos nosotros quienes debemos ponerle límite: no deberíamos permitirnos estar siempre preocupados o angustiados. Cuanto más tiempo empleamos en ese modo mental, peor nos sentimos y más tendemos a ver nuevas amenazas y peligros. ¿Realmente mejora en algo tu vida darle taaanta importancia a todo?, ¿tu rendimiento es mejor?, ¿eres más feliz? Probablemente todo lo contrario.

Para lograr cultivar la melasudina es necesario tener una buena jerarquía: si todo importa, nada es importante. Y realmente en la vida no es todo tan grave ni tan importante. Te tienen que importar un puñado de cosas bien elegidas, y lo que queda fuera de esa selección, ser pasto de la melasudina.

Y ¿Cuáles son las cosas verdaderamente importantes? Bueno, pues cada uno tendrá las suyas, pero quizá la mayoría coincidimos en hablar de salud, familia, cierto bienestar material, social… Pues bien, tratemos de actuar en cosecuencia.

Pero ojo, tampoco podemos exigir que todas esas áreas funcionen siempre al 100%, no caigamos tampoco en el error de pensar en blanco y negro. Por ejemplo, la salud. La salud no es una variable dicotómica que se divida en “buena salud” o “mala salud”. Entre esos extremos hay muchos grises. No es lo mismo tener un resfriado que un cáncer, por lo que la respuesta emocional que damos en ambos casos no puede ser la misma. Y sí, hay personas para las que tener un resfriado implica un enorme coste emocional. No seas una de esas personas…

También ayuda mucho ser conscientes de hasta dónde llega nuestra capacidad, qué controlamos y qué no controlamos. Puedes estar delante de un problema de cierta envergadura, pero, ¿cuál es tu margen? Si de tu esfuerzo depende que puedas mejorar la situación, adelante. Invierte la energía necesaria para lograrlo. Pero si es algo que ya ha sucedido o que no tiene más margen de mejora, todo el tiempo extra que dediques a pensar en círculo sobre ello es tiempo y energía que estás restando a otras áreas de tu vida. Y, al ser un tema desagradable, tendrá un impacto emocional que acabará extendiéndose como una mancha de aceite, llegando a afectar poco a poco a las otras áreas de tu vida, que deberían servirte como salvavidas para poder abstraerte del problema.

Y es que, más allá de la envergadura real del problema, que problemas los hay y los va a haber siempre, está el coste emocional que tiene para nosotros. En ocasiones tendemos a catastrofizar los problemas porque magnificamos erróneamente las consecuencias negativas que puede tener. Las personas con una correcta melasudina, ante un problema, se preguntan: ¿qué es lo peor que podría ocurrir?, ¿sería asumible? Y sorprendentemente la respuesta es afirmativa en la mayoría de los casos. Así que “no pasa nada, palante”!

Pocos problemas hay que sean realmente irresolubles o que no tengamos capacidad para asumir. Por lo tanto, ¿qué motivo hay para la angustia? Lo que necesitamos es la capacidad para hacer frente a las demandas del problema o sus consecuencias, por lo que malgastar energía emocional en angustiarnos sirve de bien poco.

Otra característica de las personas con una buena melasudina es que son tolerantes, amables y compasivas consigo mismas. Son conscientes de sus capacidades, recursos y limitaciones y no se angustian por no llegar a donde no son capaces. Son personas que no tienen una doble vara de medir y no son más duras ni exigentes consigo mismas de lo que son con los demás.

Estas personas con una adecuada melasudina y con buena capacidad para que ciertas cosas les importen una mi**** son capaces de reconocer sus propios logros y relativizar sus fracasos, a diferencia de quienes minimizan sus logros y magnifican sus fracasos. Las personas con melasudina aceptan los fracasos con naturalidad, como el subproducto natural del movimiento. Porque saben que esperar no equivocarse es tan cruel como inútil. Y, finalmente, estas personas son conscientes de que nadie se fija en ellas tanto como ellas mismas, por lo que saben relativizar sus preocupaciones y saben que sus miedos son, simplemente eso: miedos.

A la venta en todas las libreras nuestros libros "Niños sin etiquetas" e "Hijos y padres felices"".
En "Niños sin etiquetas" (Ed. Paidós, 2020) hacemos un recorrido por las etiquetas que más habitualmente se utilizan para calificar a los niños: consentidos, malcriados, caprichosos, mentirosos, desobedientes, tiranos, dependientes, mal comedores… Y damos algunas ideas, consejos y múltiples ejemplos para para educarlos evitando caer en ellas.
"Hijos y padres felices" (Ed. Kailas, 2017) es nuestro libro sobre crianza centrado en la etapa 0 a 3 años: apego, lactancia, alimentación, sueño y colecho, rabietas, límites, premios y castigos, movimiento libre, retirada del pañal… Aquí abordamos gran parte de lo que ocurre durante los primeros años de vida de los niños. 
Niños sin etiquetas alberto soler concepción roger
Y si os interesan los temas relacionados con la crianza y la educación, podéis acceder ya a nuestros cursos en la Escuela Bitácoras, “El sueño en la infancia”, “Rabietas y límites desde el respeto” y “Cómo fomentar la autonoma”. Cada uno de ellos con más de tres horas de contenido. Son cursos que puedes hacer a tu ritmo, viendo cada lección tantas veces necesites, e incluso descargando en mp3 el audio para escucharlo dónde y como quieras. ¡Y si utilizas el código ALBERTOSOLER tendrás un 10% de descuento!
Licencia Creative Commons Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.
Tags: No tags

Responder

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.