Por qué cada vez vemos hombres ayudan con las tareas de casa

Hoy empezaré con una batallita relacionada con eso de ayudar en casa… Hace algunos años bajé al supermercado con mis hijos mayores a comprar algunas cosas. En la cola para pagar, unas señoras mayores me vieron con ellos, me alabaron la proeza, y concluyeron que los hombres de hoy en día ayudamos mucho a nuestras mujeres con los niños y con las tareas de casa. En ese momento iba con prisa y no me paré a debatir, pero luego en la siesta escribí un post explicando lo que pienso sobre esto, con la suerte de que se viralizó: igual alguno lo leísteis en su día. Lo llamé “yo no ayudo a mi mujer con los niños ni con las tareas de casa”. Supongo que ya entendéis por dónde iba, no? Quiero pensar que sí…

Pues eso, que aquel post que escribí hace años se viralizó, nos petó la web, e incluso se hicieron eco de aquello diferentes medios nacionales e internacionales. ¿Y por qué os lo cuento ahora? Pues resulta que hace poco, la empresa Ariel nos pidió una colaboración porque les gustaba esta idea de “no ayudar en las tareas de casa”, porque encajaba muy bien con su campaña “Los roles cambian”. Pequeño inciso, por si alguien aún no lo ha pillado: decimos que los hombres no tenemos que ayudar en casa, porque estas tareas son también cosa nuestra. No puedo ayudarte con lo que es mío. Solo estoy haciendo mi parte. Seguimos.

Total, que me reuní con ellos y pensamos que estaría bien hacer una encuesta para ver qué piensan la gente sobre todo esto, y ya de paso, saber si había alguna diferencia entre personas joven y los más mayores. Queríamos saber si estamos avanzando en la buena dirección: si sigue habiendo muchos “ayudadores” o si cada vez somos más los que “no ayudamos a nuestras mujeres en casa ni con los hijos”. Y eso hicimos: preguntamos a 472 personas, parejas de diferentes edades y procedencias, con ayuda de la empresa IPSOS. En base a ello elaboramos el Estudio sobre corresponsabilidad en el hogar que podéis descargar aquíAhí podéis ver con detalle todos los datos a los que hacemos referencia aquí.

Al comparar el grupo de parejas jóvenes con el de mayores, cuando les preguntamos sobre el reparto de las tareas en casa, comprobamos que efectivamente los jóvenes emplean menos la palabra ayudar para referirse a las tareas domésticas y de cuidados (11% vs 22%), y se corresponsabilizan más que los mayores (57% vs 46%). ¡parece que vamos bien!

Al desglosar los datos por edad y sexo, vemos que la balanza continúa aún injustamente desequilibrada del lado de las mujeres, que son quienes más se encargan “casi solas” de estas tareas. Aún hay un 39% las mujeres jóvenes que dicen encargarse casi a solas de estas tareas, mientras que solo un 13% de los hombres dicen encontrarse en esta situación. La buena noticia es que en el grupo de jóvenes este 39% es mucho menor al de las mujeres mayores que responden que un 62% de ellas se hacen cargo solas de estas tareas. La balanza continúa descompensada, pero menos que en el grupo de parejas mayores… ¡el cambio es positivo!

Respecto a esto de “la ayuda” en casa, las mujeres (tanto jóvenes como mayores) tienen bastante claro que ellas no están ayudando a nadie cuando hacen las tareas de casa o cuidan a sus hijos ¿en qué cabeza cabe? Muy pocas responden con alguna de las respuestas en las que se emplea esta palabra, mientras que en el caso de los hombres el 25% de los jóvenes y el 33% de los mayores responden así. Otra vez vemos como a pesar de que aún esta muy desequilibrada la balanza, porque siguen siendo más las mujeres “ayudadas” que “ayudadoras”, vemos cómo “los ayudadores” se reducen en el grupo de los jóvenes, para dar paso a los corresponsables, que pasan de un 56% en el caso de los mayores, a un 62% en el caso de los hombres más jóvenes. 

Es destacable que en los dos grupos, los porcentajes de hombres que dicen compartir estas tareas son mayores a los de mujeres que están de acuerdo con esto. ¿De quién nos fiamos aquí…?

Es también positivo que el porcentaje de mujeres que dicen compartir las tareas con sus parejas crece un 21% en el grupo de las mujeres jóvenes respecto al grupo de mujeres más mayores, y que el porcentaje de mujeres y hombres que dicen compartir las tareas domésticas y de cuidados es más similar en el grupo de parejas jóvenes. Probablemente el dato más esperanzador de estas respuestas es la reducción de 23 puntos entre las mujeres que dicen encararse de todo ellas solas en ambos grupos.

Cuando les preguntamos si piensan que hay tareas que se les dan mejor a mujeres u hombres, es destacable que hay incluso más hombres jóvenes que piensan así que en el grupo de hombres mayores. Aunque pensamos que esta diferencia no tiene tanto que ver con ideas sexistas que puedan tener sobre quién debería hacer qué, como con lo que ven a su alrededor. Porque ¿quién planchará o cocinará mejor, la que lo ha hecho toda la vida o el que apenas ha planchado o cocinado alguna vez para salir del apuro? 

Además, es llamativo que las tareas que más se mencionan como las que “mejor se les da” a los hombres son las relacionadas con el tiempo libre o tareas puntuales como cambiar una bombilla o hacer reparaciones, mientras que las que mejor “se les dan a las mujeres” son las que suponen el peso de las tareas diarias como lavar, tender o planchar la ropa, limpiar u ordenar la casa… ¿sospechoso, no?

Cuando se les pregunta sobre de la realización de las diferentes tareas vemos como cada vez se van compartiendo más la mayoría de las tareas, aunque aún hay muchas que las hacen mayoritariamente unos u otras. Los hombres son los que mayoritariamente reparan desperfectos, cambian bombillas y tiran la basura, y le dedican mucho más tiempo que sus parejas a actividades como hacer deporte, descansar en el sofá o a sus hobbies. 

Por su parte, las mujeres son las que más se encargan de actividades como limpiar el baño, hacer la colada, quitar el polvo, tender la ropa, pedir citas médicas, cocinar, fregar el suelo, ordenar la casa, barrer, planchar o coordinar el servicio de limpieza del hogar. Lo cual, lógicamente, les deja menos tiempo para el deporte, descansar o sus hobbies, aunque es fácil intuir que probablemente a ellas también les gustaría mucho dedicar tiempo a estas cosas.

Estas diferencias se acentúan en el grupo de personas mayores y más aún cuando les preguntamos por cómo era este reparto en casa de sus padres a ambas generaciones. Si comparamos estas 4 generaciones vemos como, a pesar de que aún existan diferencias de género en estos repartos, se está dando un cambio muy positivo en cómo se reparten estas tareas las familias actuales en comparación con las generaciones anteriores. Aunque el reparto sea aún injusto y desigual estamos avanzando en la buena dirección. Tenían razón las señoras del supermercado…

LA PRESENTE PUBLICACIÓN, ASÍ COMO EL DESARROLLO DEL ESTUDIO QUE SE MENCIONA FORMA PARTE DE UNA COLABORACIÓN PAGADA CON PROCTER & GAMBLE ESPAÑA

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Licencia Creative Commons Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.
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