Supercerebros: estos son los savants más impresionantes del mundo

Quizá no te suena lo que es el síndrome de Savant, pero ahora cuando te lo expliquemos verás como sí que lo conocías. Seguro que en alguna serie de televisión o película recuerdas algún personaje que, aunque tuviera algún tipo de trastorno o dificultad grave, por otro lado era especialmente brillante en algún aspecto concreto. ¿Te suena, verdad? Quizá estás pensado en Sheldon Cooper, en Rain Man o tantos otros. Pues bien, aunque cada vez se muestran estos personajes de una manera más cómica o más exagerada, la verdad es que se basan muchas veces en casos reales. Hoy os vamos a ver varios ejemplos, ahora sí, reales, que os dejarán con la boca abierta. Vamos a ver.

¿Qué es el Síndrome de Savant?

Para empezar, ¿qué es el Síndrome de Savant? es una condición en la cual una persona con una alteración del neurodesarrollo, como por ejemplo un trastorno del espectro del autismo, o una lesión cerebral, demuestra una capacidad o habilidad profunda y prodigiosa, muy superior a lo que se consideraría normal. Popularmente se asocia mucho con el autismo, y razón no falta: alrededor del 50% de los savants tienen autismo, aunque solo una de cada diez personas con autismo tiene estas capacidades extraordinarias.

Este síndrome fue descrito por primera vez en el año de 1789 por Benjamín Rush, al documentar el caso de un paciente con la capacidad de calcular la edad de las personas en tan solo segundos. A partir de ese momento el fenómeno Savant ha fascinado a los científicos dedicados al estudio del cerebro, aunque aún no se haya podido dar una explicación satisfactoria del síndrome.

En general, las habilidades más usuales de los Savant se centran en 4 categorías principales: el arte (música, pintura y escultura), el cálculo de fechas (algunos pueden memorizar calendarios enteros y recordar datos específicos referentes a cada uno de esos días), calculo matemático (realizar cálculos muy complejos casi instantáneamente y con gran precisión), o habilidades mecánicas y espaciales (por ejemplo, medir distancias casi exactas sin usar instrumental, memorizar mapas, etc). Existen muchísimos casos famosos de Savants con habilidades extraordinarias, pero voy a centrarme en cuatro verdaderamente especiales:

Kim Peek: el verdadero Rain Man

Kim Peek es quizá el más famoso de los savants. ¿Recordáis la película Rain Man? Pues bien, él es Rain Man. Peek no era autista. Nació con macrocefalia, un daño permanente del cerebelo y con agenesia de cuerpo calloso (nació sin cuerpo calloso, las conexiones nerviosas entre los hemisferios del cerebro). Se especula que esta pudo ser la causa de su increíble memoria que le valió el sobrenombre de ‘Kimputer‘, pese a contar con un cociente intelectual de apenas 73.

Peek recordaba el 98% de los cerca de 12.000 libros que había leído. Podía leer simultáneamente dos páginas en ocho segundos usando cada ojo para leer una página distinta (algo imposible si hubiera tenido conectados ambos hemisferios cerebrales) y apenas tardaba una hora en memorizar un libro completo, reteniendo de un modo preciso e instantáneo toda su información. Kim Peek consiguió adquirir una enorme cantidad de conocimiento que abarcaba diversos ámbitos, desde la geografía hasta la literatura, pasando por música, historia o filosofía. Kim era además un «GPS humano»: conocía de memoria todos los mapas de EEUU y podía responder exactamente cómo llegar de una ciudad a otra explicando detalladamente qué calles tomar. Aunque no tenía conocimientos musicales, era capaz de reconocer el autor de miles de piezas musicales escuchando pocos segundos de una grabación.
Pero pese a estas extraordinarias habilidades, Peek era una persona totalmente dependiente: apenas podía abrocharse la camisa por sí mismo; no tuvo noción de los datos que almacenaba ni podía realizar una interpretación de un poema o extraer una conclusión de un libro, a pesar de ser capaz de memorizarlo por completo. Su capacidad de almacenar información era prácticamente ilimitada, aunque no entendía lo que retenía, simplemente estaba ahí.

A diferencia de otros savants, Kim mostró una gran progresión social, relacionándose con gente desconocida por medio de sus demostraciones. Tenía en su cabeza un calendario exacto de 10.000 años, por lo que era fácil para él decirle a cualquier persona tras oír su fecha de nacimiento en qué día de la semana nació y cuándo se jubilaría; igualmente era capaz de responder a cualquier cálculo matemático. Todo aquello despertaba la admiración de cuantos le escuchaban.
En 2009 murió de un fallo cardíaco a la edad de 58 años.Si queréis conocer más acerca de Kim Peek, más allá de la película Rain Man, os animo a que veáis el documental titulado «El verdadero Rain Man».

Derek Paravicini: un genio musical

Veamos otro caso fascinante, el de Derek Paravicini. A diferencia de Kim Peek, Derek Paravicini sí es autista, además de ciego. Paravicini nació muy prematuramente, a las 25 semanas de gestación. Su ceguera fue causada por la terapia de oxígeno que recibió en la unidad de cuidados intensivos neonatales. Esto también afectó a su cerebro en desarrollo, lo que produjo su grave discapacidad de aprendizaje.

Paravicini tiene oído absoluto, esto es, la capacidad de identificar cualquier nota musical en el acto, y puede reproducir una pieza musical después de escucharla tan sólo una vez. Comenzó a tocar el piano a la edad de dos años cuando su niñera le dio un viejo teclado, y a los siete años dio su primer concierto. Actualmente tiene 42 años y da conciertos por todo el mundo. En los últimos meses ha formado su propio cuarteto de Jazz con el que ha grabado un álbum y está realizando una gira. Si queréis tener más información, en el documental The Musical Genius hacen un repaso de su vida y habilidades.

Stephen Wiltshire: la cámara humana

Si Paravacini destaca en lo musical, Stephen Wiltshire lo hace en las artes plásticas. Wiltshire es un artista diagnosticado con autismo. Wiltshire nació en Londres y es conocido por su habilidad para dibujar un paisaje después de haberlo visto tan sólo una vez. Wiltshire no hablaba, y a la edad de tres años fue diagnosticado como autista. El mismo año, su padre murió en un accidente de motocicleta. A los cinco años fue enviado a la escuela Queensmill de Londres, donde expresó su interés por el dibujo. Comenzó a comunicarse a través de su arte. Sus maestros le animaron a dibujar, y con su ayuda Wiltshire aprendió a hablar a la edad de nueve años. El trabajo de Stephen ha sido objeto de numerosos documentales de televisión. El famoso neurólogo Oliver Sacks, ha descrito su caso en el capítulo «Prodigios» comprendido en su libro Un antropólogo en Marte. En 2006 el príncipe Carlos de Inglaterra le entregó la condecoración como Miembro de la Orden del Imperio Británico como reconocimiento a su labor en favor del arte. Si os resulta interesante, podéis aprender más de él y verle en acción en el documental The Human Camera.

Daniel Tammet: un savant fuera de lo normal

Daniel Tammet es un Savant todavía más particular si cabe. Además de Síndrome de Ásperger tiene sinestesia y epilepsia, pero su elevado nivel de funcionalidad le dota de una enorme capacidad introspectiva que le han llevado a tener una vida totalmente adaptada: tiene trabajo, marido y ha escrito su propia biografía: Born on a Blue Day (Nacido en un día azul) que os recomiendo encarecidamente leer. Os enseño cómo empieza el primer capítulo, ya que muestra bastante bien cómo funciona su cerebro:

“Nací el 31 de enero de 1979, un miércoles. Sé que era miércoles porque para mí esa fecha es azul, y los miércoles siempre son azules, como el número nueve o el sonido de voces discutiendo. Me gusta la fecha de mi nacimiento porque visualizo la mayoría de sus números con formas suaves y redondeadas, similares a los cantos rodados de una playa. Y eso es porque son números primos: 31, 19, 197, 97, 79 y 1979. Todos ellos son divisibles sólo por sí mismos y por la unidad. Puedo reconocer todos los números primos hasta 9973 por su cualidad «cantorrodada». Así es como funciona mi cerebro.”

La experiencia de combinar números con colores o sensaciones está bien documentada en los casos de sinestesia, pero la capacidad mental que ha demostrado Tammet y el grado de habilidad desarrollado en cuanto a las asociaciones que realiza es inusual. En su mente, cada número posee una única forma, color, textura y emoción. De forma intuitiva, Tammet puede «ver» los resultados de complejas operaciones matemáticas dentro de un paisaje que recrea su mente sin esfuerzo, pudiendo distinguir de un solo vistazo, por ejemplo, si un número es primo o compuesto.

Entre sus habilidades está la de memorizar el número Pi con 22.514 dígitos en una semana, con lo que empleó en recitarlo de memoria unas 5 horas.

Tammet muestra también una habilidad espectacular con los idiomas, siendo muy rápido en aprender nuevas lenguas. Para demostrarlo, con motivo de la grabación de un documental sobre su vida, Brainman, le pusieron un reto: aprender islandés, una de las lenguas más complejas del mundo, en una semana. Siete días después, apareció en la televisión islandesa conversando fluidamente en esa lengua. Además de islandés, habla 11 lenguas más: inglés, francés, finlandés, alemán, español, lituano, rumano, estonio, galés y esperanto. El documental The Boy With The Incredible Brain explora en profundidad su vida, y también podéis verlo on line.

Como podéis ver la realidad supera muchas veces la ficción. Espero que este vídeo os haya resultado interesante y os haya ayudado a apreciar lo maravilloso que puede llegar a ser el cerebro humano.

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