voz interior negativa

Rebélate contra tu voz interior negativa [Vídeo]

Todos tenemos esa voz interior negativa que habla mal de nosotros, que duda de nuestras capacidades y hace que sintamos que vamos a fracasar. Es una voz irracional que surge del miedo, pero a veces, nos creemos todo lo malo que dice de nosotros. ¿Qué podemos hacer? Os lo cuento en esta nueva Píldora de Psicología:

Te habrás encontrado en más de una ocasión en un momento en el que necesitas un pequeño empujón. Que te animen, que crean en ti y escuchar que eres capaz de hacerlo. Esto ocurre tanto en grandes momentos (nuevo trabajo, nuevo proyecto) como en cuestiones más cotidianas, de esas situaciones que todos tenemos y que nos cuesta un poco hacerles frente.

Pero ahora imagina que la persona que tienes a tu lado, tu pareja, tu mejor amigo o un familiar, no para de decirte: «pero si es que no puedes«, «con lo inútil que eres no hace falta ni que lo intentes», «esa batalla está perdida», «se van a reír de ti», «¿qué quieres, otro fracaso más para la lista?»

¿Cómo te sentirías si esa persona con la que compartes tu vida, esa persona de tanta confianza, te tratara de ese modo? Tener a alguien así a nuestro lado acaba por destrozar nuestra autoestima, hace que creamos menos en nosotros y al final acabamos creyéndonos todo lo que esa voz dice sin oponer la más mínima resistencia. Es más que probable que no se lo toleraras, porque tienes una dignidad y sabes que no te mereces eso.

Pero la realidad es que, más allá de situaciones de un maltrato más que evidente, no es nuestra pareja ni nadie cercano quien nos da estos mensajes. Somos nosotros mismos quienes nos hablamos así. Todos tenemos esa voz interior negativa, que surge del miedo, que sólo ve los errores, los fracasos, los peligros. Y no confía nada en ti. Cree que eres inútil y que eres incapaz de hacer aquello que te propones.

Si fuera otra persona quien te hablara así seguro que te rebelarías, le contestarías enérgicamente con un «claro que puedo», «¿por qué me hablas de ese modo?», «¡no tienes ninguna evidencia para pensar así1», «¡pero con la de éxitos que he tenido!», «¡la de veces que he demostrado que sí que puedo!», «¡¡te lo voy a demostrar!!» Y lo harías.

Pues bien, cuando seas tú quien te hables así, debes ser capaz de responder a esa voz, tal y como lo harías si fuera otra persona quien te hablara así. Por lo tanto, ¡rebélate! Identifica cuándo esa voz negativa toma el control de tus pensamientos y emociones y empieza a contestarle. Para hacerlo, debes racionalizar esos mensajes que te lanza, con lo que las técnicas de control de los pensamientos negativos pueden venirte muy bien.

Si os gustan estos vídeos os invito a que os suscribáis al canal de Píldoras de Psicología en YouTube para enteraros antes que nadie de cada nuevo vídeo, poder dejar comentarios, recomendaciones y compartirlo con vuestros contactos. Si tenéis alguna sugerencia acerca de temas que os gustaría que tratara en el videoblog, podéis escribirme a: pildoras@albertosoler.es/

Licencia Creative Commons Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.

niños autónomos e independientes

Cómo educar niños autónomos e independientes [Vídeo]

Educar niños autónomos e independientes sería de las principales prioridades para la mayor parte de los padres. Pero en ocasiones, sin darnos cuenta, boicoteamos este proceso y no les permitimos desarrollar esa independencia. ¿Cómo podemos ayudar a nuestros hijos en esta tarea? Sobre eso os hablo en la Píldora de Psicología de esta semana. ¡Espero que os guste!

Como ya os he dicho en otras ocasiones, los padres nos caracterizamos por ser un tanto contradictorios, y el tema de la independencia de los hijos es uno de esos en los cuales mostramos nuestras contradicciones, porque sí, queremos que sean independientes, pero según para qué cosas y según en qué momento.

Un error de base que cometemos es asociar el tener niños autónomos e independientes con una mayor comodidad para nosotros. Y nada más lejos de la realidad. Al menos, a corto plazo. Lograr unos hijos autónomos e independientes cuesta mucho esfuerzo. De hecho, como vamos a ver, somos nosotros mismos los que muchas veces boicoteamos esa demanda de independencia de nuestros hijos porque no nos conviene.

Desde que nace nuestro hijo, nos pasamos unos años forzando la maquinaria, esperando una independencia que nuestros hijos no son capaces de mostrar: queremos que sean independientes y no pidan tantos brazos, que sean independientes y se acostumbren a que no estemos a su lado, que no lloren tanto, que sean independientes para dormir, que no reclamen tanto nuestra atención, etc Hasta queremos que jueguen solos. Y esto son cosas que, sencillamente, ellos no pueden hacer. Porque no están aún preparados. Pero justo cuando llega el momento en el que ya son capaces de mostrar más autonomía, cuando hasta incluso lo piden por ellos mismos porque están aprendiendo a hablar,(«papi, yo sólo») ya nos pilla cansados. Entonces son las prisas, el corre, rápido, no manches eso, así no se hace, déjame a mí, no, esto es de mayores, esto lo hago yo. Ahora parece que ya no nos viene tan bien que sean independientes, porque han cambiado nuestras prioridades: ahora queremos que vayan rápido, que no manchen, que no nos entretengan, que no hagan ruido. La cuestión es que ni antes ni ahora nuestras demandas se ajustan a las necesidades de nuestro hijo. Ahora queremos que muestren algo para lo que tampoco están preparados.

¿Cómo ayudar a nuestros hijos a ser autónomos e independientes?

Ayudar a tu hijo a ser independiente no tiene por qué implicar llantos ni sufrimiento. Pero si implica tiempo. Y mucho. Y tampoco necesariamente comodidad. Independencia significa dejarle comer solo. Y que manche. Independencia es que camine por la calle en lugar de ir en el carro, y emplear 15 minutos en recorrer 100 metros porque se para con cada cosa que le llama la atención. Es dejarle que comience a vestirse y desvestirse sólo, a subir y trepar a los sitios, a recoger y colocar las cosas en su lugar en vez de hacerlo nosotros a la carrera. Respetando sus ritmos, esto es, siendo consientes del momento evolutivo en el que se encuentran, seremos capaces de ayudarles mejor para que avancen en su autonomía personal. 

¿Cuándo pueden ser los niños autónomos e independientes?

A medida que los niños maduran, tanto a nivel físico como cognitivo y emocional, se sienten más motivados para independizarse de los adultos a los que están apegados. El psicoanalista americano Erik Eriksson identificó el periodo comprendido entre los 18 meses y los 3 años de edad como la segunda etapa del desarrollo de la personalidad, que estaría caracterizada por un cambio del control externo hacia el autocontrol. Es un periodo muy sensible en el que los padres debemos alentar esa incipiente autonomía en nuestros hijos para favorecer su desarrollo del autocontrol, que no se completará hasta mucho tiempo después.

Para saber cuándo permitir a nuestro hijo ser un poco más independiente, un truco que no falla es fijarse en aquellas cosas que nuestro hijo intenta hacer sólo, o incluso que pide hacerlo por sus propios medios. Una vez lo hayamos identificado, debemos evaluar la situación, y si no implica un peligro evidente para él o ella, permitirle que avance hacia esa demandada independencia.

Si os gustan estos vídeos os invito a que os suscribáis al canal de Píldoras de Psicología en YouTube para enteraros antes que nadie de cada nuevo vídeo, poder dejar comentarios, recomendaciones y compartirlo con vuestros contactos. Si tenéis alguna sugerencia acerca de temas que os gustaría que tratara en el videoblog, podéis escribirme a: pildoras@albertosoler.es/

Licencia Creative Commons Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.

no puedo o no quiero

¿No puedo o no quiero? [Vídeo]

Si hay una frase que prácticamente todas las personas que acuden al psicólogo dicen en algún momento, esa frase es “no puedo”. ¿Por qué decimos «no puedo» cuando, en verdad, deberíamos decir «no quiero»? Sobre este «no puedo» voy a hablar en esta Píldora de Psicología:

Los psicólogos le damos mucha importancia al lenguaje: se dice que el lenguaje es el vehículo del pensamiento. Pero no sólo es el pensamiento el que influye al lenguaje, sino que la influencia es doble: al final ese lenguaje, los mensajes que nos mandamos, acaban influyendo en el pensamiento y las emociones.

«No puedo enfrentarme a esa situación», «no puedo ir a ese sitio solo» «no puedo decirle eso a mi jefe», «no puedo estar en un sitio con tanta gente», «no puedo, no puedo, no puedo…» En algún momento todos hemos dicho alguna frase así. Pero este tipo de afirmaciones suelen ser falsas. Si repetidamente te dices no puedo, al final te lo creerás y verdaderamente sentirás que no puedes. Porque a base de repetir una mentira podemos acabar creyendo en ella. Los políticos lo saben muy bien: a base de repetir muchas veces una mentira, al final acaba pareciendo verdad. Y muchas veces, nosotros cometemos ese error con nosotros mismos.

La mayoría de veces que te dices “no puedo” en verdad sí que puedes, lo que pasa es que no quieres, y no quieres porque no te compensa. Es una probelma de coste beneficio. Hacerlo te costaría más de lo te aporta, por lo que prefieres no hacerlo.

Siempre pongo el mismo ejemplo a los pacientes para entender este conflicto entre coste y beneficio:

«Imagina algo que no puedas hacer. Ahora, piensa en la persona que más quieres en el mundo: tu pareja, tu hijo, tus padres, etc. Y ahora, imagina que te llaman por teléfono y te dicen que esa persona está secuestrada. Y que si no haces eso que dices que no puedes, a esa persona le va a pasar algo muy muy malo»

¿Qué es lo que sucedería? Muy probablemente ni te lo pensarías. Irías directo a hacer aquello que ahora mismo crees que no puedes. ¿Por qué ahora puedes, si antes decías que no? Es muy sencillo: con este ejemplo hemos cambiado el balance coste / beneficio: no hacerlo tendría un coste TAN elevado que ni te lo plantearías: te lanzarías directo a hacerlo, pase lo que pase.

Por lo tanto, debemos hacer un cambio, una transición que vaya primero del no puedo, al no quiero, y luego de ahí al sí quiero. Para ello, primero sé sincero contigo mismo, no te mientas. No te digas “no puedo” cuando en verdad es que no quieres enfrentarte a esa situación. Acepta que te genera malestar. Una vez te dices no quiero, pregúntate por qué no quieres. Y evalúa esos motivos. Quizá son razonables, o quizá no. Pero independientemente de lo que hagas, es tu decisión. Tú asumes las consecuencias de los que suceda, no eres una víctima de las circunstancias. Una vez has asumido que hacerlo depende única y exclusivamente de ti, quizá un día dejas de decirte no quiero, y pasas a decirte: qué narices, claro que quiero. No pierdo nada por intentarlo. Y ahí es donde comienza el camino hacia la mejoría.

Si os gustan estos vídeos os invito a que os suscribáis al canal de Píldoras de Psicología en YouTube para enteraros antes que nadie de cada nuevo vídeo, poder dejar comentarios, recomendaciones y compartirlo con vuestros contactos. Si tenéis alguna sugerencia acerca de temas que os gustaría que tratara en el videoblog, podéis escribirme a: pildoras@albertosoler.es/

Licencia Creative Commons Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.

alberto soler cuando los niños duermen

Me entrevistan en Cuando los niños duermen

Me encanta Cuando los niños duermen: es un podcast sobre crianza que escucho desde su primer programa. ¡Y ya os podéis imaginar la ilusión que me hizo cuando me dieron la oportunidad de colaborar con ellos en un episodio! En Cuando los niños duermen, Noe y Pepe nos hablan de un montón de temas relacionados con nuestros hijos desde la cotidianidad: las vacaciones, las enfermedades, tecnología, saludo, etc. En este episodio me invitaron para hablar sobre disciplina positiva y cómo poder educar sin castigos, pero estuvimos tan a gusto que nos fuimos por las ramas, y acabamos hablando durante casi tres cuartos de hora sobre casi todo: disciplina, educación, alimentación, relaciones con la familia, escuela…

[spreaker type=standard width=100% autoplay=false episode_id=8201623]

Os animo a que os suscribáis al podcast y no os perdáis ningún episodio. Uno de mis favoritos es el número 7, cuando hablan sobre Waldorf, Montessori y las pedagogas alternativas, ¡escuchadlo!

Podéis contactar con ellos en twitter (@cuandoduermen, @noeminp y @Sunne), por email (contacto@cuandolosninosduermen.com) Si queréis suscribiros al podcast, lo podéis hacer en  http://feedpress.me/cuandolosninosduermen. No olvidéis visitar su web en Nación Podcast para ver todos los episodios. Producción: http://puntoprimario.com/

Licencia Creative Commons Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.

Algunos consejos para poder reducir las mentiras en nuestros hijos

Los niños y las mentiras [Vídeo]

Basta una búsqueda rápida por internet para descubrir un montón de artículos relacionados con los niños y las mentiras. Ahí se pueden encontrar muchos consejos para tratar de reducir esta conducta en los niños, pero la mayoría no hablan (o lo hacen de un modo tangencial) de una parte esencial del problema: el modelo que nosotros les damos a nuestros hijos. Casi sin darnos cuenta somos nosotros quienes en muchas ocasiones les decimos mentiras, lo cual acaba siendo un modelo en el que ellos van a basar su estilo de comunicación. Este es el tema sobre el que hoy os hablo en esta nueva Píldora de Psicología:

Ésta es una de las muchas contradicciones en las que muchas veces caemos los padres: esperamos de nuestros hijos sinceridad, que no nos digan mentiras, que digan las cosas como son. Pero muchas veces, sin darnos cuenta, somos nosotros quienes les mentimos y esto acaba teniendo consecuencias negativas. La peor: que nuestros hijos pierden la confianza en nosotros.

Anticipar cosas que luego no van a suceder también es una forma de mentir, tanto si esas cosas que anticipamos son positivas o negativas. Poco a poco podemos acabar perdiendo la confianza que nuestros hijos habían depositado en nosotros, y cuando esperamos de verdad que confíen, pueden tener sus dudas: porque las cosas que decimos, no siempre se cumplen. A esta pérdida de confianza se suma el otro factor que comentaba más arriba: les estamos dando un modelo en el que la mentira y el engaño están permitidos, por lo que ellos no dudarán en hacer uso de tales recursos cuando sea necesario.

Si queremos evitar las mentiras en nuestros hijos el primer paso que debemos dar es desterrarlas de nuestra forma habitual de comunicarnos. Y para ello no es necesario esperar más, podemos empezar hoy mismo.

Si os gustan estos vídeos os invito a que os suscribáis al canal de Píldoras de Psicología en YouTube para enteraros antes que nadie de cada nuevo vídeo, poder dejar comentarios, recomendaciones y compartirlo con vuestros contactos. Si tenéis alguna sugerencia acerca de temas que os gustaría que tratara en el videoblog, podéis escribirme a: pildoras@albertosoler.es/

Licencia Creative Commons Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.