¿Qué tienen en común Star Wars, las películas porno y las comedias románticas?

Pues eso: ¿qué tienen en común Star Wars, las película porno y una comedia romántica? No. No nos hemos vuelto locos, ni nos hemos convertido en un vlog de críticas de películas. La respuesta es sencilla, igual muchos ya lo habéis adivinado. A algunos quizá os haya despistado lo de la comedia romántica. Pero bueno, ¡vamos a verlo!

Pues sí, como muchos habréis adivinado, lo que tienen en común Star Wars, las películas porno y las comedias románticas, es que todas pertenecen al género de FICCIÓN. En Star Wars es como muy obvio porque aparecen seres de otros planetas, y pasan cosas como muy fantásticas; en las películas porno ya hay quien no acaba de pillar que todo lo que pasa allí está preparado, grabado y montado para que se vea lo que quieren que veamos. Pero es que en las comedias románticas parece que nos la cuelan aún más, porque a base de repetirlo muchas veces resulta que al final nos acabamos creyendo todo lo que nos cuentan sobre “el amor romántico”.

Lo de Star Wars creo que no hace falta explicarlo, pero sí que le vamos a dedicar un tiempo a explicar esto de que tanto el porno como las comedias románticas pertenecen al género de ficción y no tenemos que pensar que lo que ahí pasa tenga que ocurrir ocurrir en la vida real. Que os puede parecer muy obvio, pero no.

Porno violento: la educación sexual para toda una generación.

Empecemos por el porno… Para empezar, cuando hablamos de porno, tenemos que entender que lo que hoy hay en internet es muy diferente a lo que había hace algunos años. Hace 20 o 30 años el porno eran unas revistas o vídeos que se pasaban los adolescentes y cada uno escondía como buenamente podía. Debajo de la cama, en el armario o en una caja o yo que sé. Además, el contenido de estas revistas o vídeos era mucho más inocente de lo que podamos encontrar ahora. Hace algunos años estas revistas podían enseñar escenas tan subidas de tono como un catálogo de otoño del corte inglés, pero lo de ahora ya es otro nivel. Ya no es el fontanero, electricista o butanero que llaman a la puerta, no. Ahora son escenas mucho más salvajes, con un contenido muy bestia de violencia, violaciones grupales, etc. ¿De dónde pensáis que salen tantas “manadas”?

Tenemos un panorama en el que los chavales están a un click de escenas muy bestias, y las están viendo desde muy muy jovencitos. Mientras los padres les tratan aún como a niñitos a los que no dejan ni bajar a jugar al balón a la calle, quizá ellos ya están viendo escenas que ni los propios padres han visto ni se imaginan. El problema es que para ellos esto es ahora la educación sexual. La hipocresía llega a niveles máximos con temas como el pin parental, donde algunas familias se escandalizan por si los talleres de educación sexual en los institutos son demasiado explícitos, cuando probablemente sus hijos llevan años ya usando el porno como educación sexual. Y el problema es que los chavales están creciendo pensando que todo esto es normal. Ellos piensan que pueden tratar así a las chicas, y ellas piensan que eso es lo que tienen que aguantar. En el porno lo que importa es el placer masculino y las mujeres son tratadas como simples objetos para ese fin. Tenemos dos opciones: podemos hacer como que todo eso no existe, o podemos explicarles que por favor no se vayan a creer que eso es normal o saludable, porque no lo es.

Comedias románticas: el amor todo lo justifica. Todo.

Bueno, ya hemos hablado del porno. Ahora vamos con las comedias románticas. Aquí algunos me dirán, “que sí, que está claro, que esto es ficción, que son historias inventadas, que eso no se lo cree nadie”. Ya… no te crees esa historia concreta al pie de la letra. Todos sabemos que Julia Roberts no era prostituta y que Richard Gere no es quien la sacó de la calle, pero es que estas películas han conseguido deformar la idea que muchas personas tienen de lo que es el amor o las relaciones de pareja.

A veces nos quejamos de las princesas Disney, y aunque algunas de estas también han hecho bastante daño, al menos esas son dibujos animados y puede ser más obvio que no hay que tomárselo muy en serio. Pero las comedias románticas tienen más peligro porque muchas mujeres hechas y derechas (y también algún hombre, pero menos) siguen suspirando cuando las ven, y preguntándose cuando les pasará a ellas algo así…

Y es que en estas películas pasan cosas más bien raras. En estas pelis el amor triunfa a pesar de los pesares, porque el amor todo lo puede y todo lo justifica. Este amor justificaría cosas como los celos, el control excesivo o el “dejarlo todo por él”, aunque en ese “todo” se incluya todo lo que tú eras antes de esa relación, como tus gustos, aficiones, amistades o familia. En estas películas los enamorados tienen poderes sobrenaturales, porque no necesitan ni hablarse para saber lo que el otro quiere, con solo mirarse, y luego en nuestras relaciones fuera de la pantalla nos creemos que nuestra pareja debería saber lo que yo quiero sin habérselo llegado a explicar. Además, desde el primer día estas parejas parecen encajar a la perfección, compenetrados, coordinados, cómplices, y con unas relaciones sexuales estupendas y maravillosas, igual que ellos. Sin problemas de ningún tipo. Estos fenómenos paranormales parecen explicarse por el mito de la media naranja, esa persona especial que “te completa”, que estáis hechos el uno para el otro y que os podéis entender solo con la mirada. Si “la encuentras” parece que ya haya que aguantar todo lo que tenga que pasar para forzar que la relación funcione sí o sí, porque claro, si ya la has encontrado y solo había una, pues no te queda otra que aguantar lo que te echen.

Además estas películas suelen “acabar con un final feliz” cuando en realidad lo que nos están enseñando es más bien el principio de algo y no el final de nada. Parece como lo de los cuentos, en los que los protagonistas se conocen, superan alguna dificultad, y ale, vivieron felices y comieron perdices. ¡Arreglado! Sí vale, vivieron felices, pero ¿a costa de quien?, ¿quién fue a comprar las perdices?, ¿quien las cocinó?, luego ¿quien limpió los platos?, y luego… ¿tuvieron hijos?, ¿quien se redujo la jornada?, ¿quien continuó con su vida y quien tuvo que paralizarla cuando llegaron esos hijos? Podríamos seguir con las preguntas pero creo que ya se entiende, ¿no?

De hecho es que pensamos que son historias de amor cuando ni siquiera lo son. En realidad serían más bien películas de enamoramientos, o de atracción entre dos personas. Si confundimos el verdadero amor con estas fases iniciales, esta confusión puede traer problemas después en las relaciones de pareja, que no se pueden sostener solo con este empuje inicial. Una historia de amor hablaría además del compromiso, de la cotidianidad, del permanecer ahí cuando todo el revuelo inicial se ha calmado, de solucionar malentendidos y de construir algo juntos. Pero igual si nos cuentan todo esto no iba a ver la peli ni el Tato.

La idea de esta píldora viene de dos libros escritos por mujeres, que son muy recomendables para educar a los peques de una forma más libre y menos machista. Estos libros son “Habla con ellos de sexualidad” de la psicóloga y sexóloga Elena Crespi, con ilustraciones de Elisenda Soler, y del libro “Educar en el feminismo” de la filóloga Iria Marañón. Os dejo los enlaces para localizarlos en el blog.

A la venta en todas las libreras nuestros libros "Niños sin etiquetas" e "Hijos y padres felices"".
En "Niños sin etiquetas" (Ed. Paidós, 2020) hacemos un recorrido por las etiquetas que más habitualmente se utilizan para calificar a los niños: consentidos, malcriados, caprichosos, mentirosos, desobedientes, tiranos, dependientes, mal comedores… Y damos algunas ideas, consejos y múltiples ejemplos para para educarlos evitando caer en ellas.
"Hijos y padres felices" (Ed. Kailas, 2017) es nuestro libro sobre crianza centrado en la etapa 0 a 3 años: apego, lactancia, alimentación, sueño y colecho, rabietas, límites, premios y castigos, movimiento libre, retirada del pañal… Aquí abordamos gran parte de lo que ocurre durante los primeros años de vida de los niños. 
Niños sin etiquetas alberto soler concepción roger
Y si os interesan los temas relacionados con la crianza y la educación, podéis acceder ya a nuestros cursos en la Escuela Bitácoras, “El sueño en la infancia”, “Rabietas y límites desde el respeto” y “Cómo fomentar la autonoma”. Cada uno de ellos con más de tres horas de contenido. Son cursos que puedes hacer a tu ritmo, viendo cada lección tantas veces necesites, e incluso descargando en mp3 el audio para escucharlo dónde y como quieras. ¡Y si utilizas el código ALBERTOSOLER tendrás un 10% de descuento!
Licencia Creative Commons Este artículo, escrito por Alberto Soler Sarrió se encuentra bajo una Licencia Creative Commons Atribución-NoComercial-CompartirIgual 3.0 España.
Tags: No tags

Responder

Your email address will not be published. Required fields are marked *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.